En el mes de la concientización sobre el cáncer de mama, surge un tema de vital importancia: el riesgo oculto en la cirugía de aumento o reconstrucción mamaria sin una evaluación oncológica rigurosa. El Dr. Ricardo Paredes, cirujano oncólogo y mastólogo, junto a la Dra. Margarita Álvarez, cirujana plástica y reconstructiva, nos alertan sobre la necesidad de estudios exhaustivos que prevengan un diagnóstico tardío de la enfermedad.
El cáncer de mama es la principal enfermedad oncológica que afecta a la mujer en el país. Por ello, cualquier intervención estética o reconstructiva en las mamas exige el máximo rigor. Ambos especialistas coinciden: un error u omisión en el diagnóstico puede tener consecuencias graves, incluso después de un procedimiento exitoso. El mensaje es claro: la mamografía y el eco mamario previo son exámenes mandatorios.

El Caso de Alerta: Cáncer Oculto en Cirugía Estética
El Dr. Paredes relata un caso reciente que subraya la importancia de esta precaución. Una paciente se sometió a una reducción y colocación de prótesis; a pesar de una mamografía previa, el radiólogo no detectó una lesión. Tras una cirugía exitosa desde el punto de vista estético, el resultado de la anatomía patológica (estudio del tejido extirpado) reveló la presencia de un cáncer in situ. Este caso pone en evidencia que la evaluación debe ser de buena calidad y bien interpretada por un especialista con el ojo entrenado.
Mandatorio: Evaluación de Imágenes y el Ojo Experto
La Dra. Álvarez enfatiza que para los cirujanos plásticos, contar con estudios preparatorios completos es obligatorio. No basta con hacer una mamografía; la institución que realiza la imagenología debe estar especializada en el diagnóstico de lesiones de mama. El ojo de un radiólogo entrenado en mama puede detectar microcalcificaciones o pequeñas lesiones que un cirujano general o un ojo no especializado podría pasar por alto, garantizando que el cirujano entre a quirófano con total tranquilidad.
El Rol Crucial del Estudio Histopatológico Posterior
Existe una práctica que ambos especialistas promueven como esencial, aunque no siempre se realiza: enviar todo el tejido mamario extirpado a estudio de anatomía patológica. Aunque la paciente se someta a una cirugía estética o de reducción (por patología benigna o razones de salud), evaluar ese tejido es una doble medida de seguridad. El Dr. Paredes señala que, aunque es un reto para el patólogo revisar grandes piezas de tejido sin una lesión marcada, esta práctica puede revelar incidentalmente un cáncer, como ocurrió en el caso de alerta.
La Conciencia del Costo vs. la Seguridad del Paciente
Los expertos reconocen que el estudio histopatológico de la pieza operatoria puede aumentar los costos del procedimiento. Sin embargo, recalcan que la seguridad del paciente no tiene precio. La omisión de estos estudios, tanto preoperatorios de imagen como el análisis posterior del tejido, representa un riesgo innecesario. La ética médica y la prevención deben primar sobre el presupuesto. Se debe trabajar en equipo: cirujano plástico, mastólogo y patólogo, para asegurar un resultado seguro.
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Conclusión:
El mensaje central es un llamado a la conciencia y la excelencia médica. Toda mujer que considere una cirugía mamaria debe exigir una evaluación oncológica completa, de calidad y realizada por especialistas. Esta precaución no solo optimiza el resultado estético, sino que, de forma fundamental, resguarda la vida de la paciente mediante la detección precoz del cáncer de mama.

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