¿Quieres tener un mejor resultado en algún área de tu vida? Entonces necesitas un cambio. Ahora, ¿sabes cómo cambiar? En este artículo comparto mi experiencia y te brindo algunas herramientas
¿Cómo hago un cambio en mí? – por Carla Acebey de Sánchez
Imagen superior de ArthurHidden en Freepik
Tus experiencias son el resultado de tu mundo interior
Creo que muchas personas están generalmente claras que lo definitivo en la vida no es la suerte. Es verdad que existen eventos o personas que llegan a la vida en momentos oportunos. En general, es lo que se llama sincronía. Sin embargo nuestra vida es el resultado de lo que hay dentro de nosotros. Es nuestro sistema de creencias, emociones, palabras y acciones las que atraen y manifiestan nuestros resultados. Por eso es tan importante hacer el trabajo interno. Para tener mejores vivencias, tenemos que salir de pensamientos negativos, entrenarnos en Inteligencia Emocional, usar palabras amorosas, gentiles y actuar coherentemente con la vida que queremos.
¿Cómo ocurre el cambio?
Hacer un cambio es un proceso que toma tiempo. Requiere determinación y compromiso. Si bien no ocurre de un día para otro, el resultado de ese esfuerzo será recompensado. Tu vida será mejor, tus relaciones más pacíficas, y todo como respuesta al cambio que decides emprender.
A continuación, te doy los pasos para cambiar. Esto lo aprendí hace muchos años en un libro de Lair Ribeiro. Me encanta porque es una sencilla forma de verlo.
Primer paso: No sé que no sé
En este paso no hay consciencia de que algo debe cambiar. Pareciera que las cosas son así o por lo menos que no está en tus manos esa situación que no te gusta.
Te doy un ejemplo: estás en una relación amorosa, y la persona con quien estás tiene a su vez otras relaciones. Te explicas eso diciendo que los hombres (o las mujeres) son así, que no se puede confiar totalmente, porque en algún momento te traicionarán.
Otro ejemplo sería este: supongamos que te comportas de manera violenta gritándole a otros y agrediéndoles cuando te disgustas. Por lo general, te justificas diciendo que esas personas o situaciones hacen que tú actúes de esa forma, que te sacan de tus casillas. Así, responsabilizas a los demás de tus emociones y reacciones.
Segundo paso: Sé que no sé
Aquí ocurre algo para que te des cuenta que las cosas pueden ser de otra forma. Esto puede ser por un libro que leas, algún curso que hagas o la opinión de una persona valiosa para ti. O incluso, algo tan sencillo como ver que una persona actúa distinto a como regularmente lo haces tú. Es el momento importante cuando dices: ¡Ajá! ¿Y si pudiera ser distinto?. Este paso es determinante, porque también te responsabilizas de ese resultado que no te gusta.
A partir de aquí, sabes que hay algo que debes hacer de manera distinta. Y ojalá que logres definir ese nuevo camino a tomar. A veces, en este paso requieres el apoyo de un terapeuta.
Siguiendo con los ejemplos anteriores, en el primer caso, tal vez tu reflexión sea que eliges a las personas no adecuadas o que no sabes detectar cuando alguien no quiere comprometerse. En el segundo ejemplo, quizás te das cuenta que hay otras formas de reaccionar y que actuar agresivamente esta dañando tus relaciones.
Tercer paso: Sé que sé
Esta es la parte más larga del proceso de cambio y la que requiere de toda tu atención, poniendo todos tus sentidos en ese nuevo cambio que quieres incorporar a tu vida.
Cuando estás en este paso y tu tema son las parejas, tal vez tu decisión ha sido ser mucho más cuidadosa en la elección de con quién salir. Entonces te atreves a preguntar cuales son las intenciones del(la) candidato(a). También puede ser que seas más observador(a) para asegurarte que la persona está en una etapa donde quiere una relación con compromiso.
En el caso de responder con agresividad, si tu compromiso es actuar de manera más pacífica, estarás muy atento(a) a los momentos que sabes podrían detonar un ataque de rabia. Aprendes a respirar más profundo y a alejarte en los momentos álgidos que podrían hacer que te alteres. Estas totalmente consciente tanto como puedes de las palabras que usas.
Claro esto no ocurre todo el tiempo. Dentro de este mismo paso, habrán momentos donde actúes de la manera antigua. El cambio no está completamente dado. Por eso es importante estar presente y consciente de tus actos. Este período requerirá de todo tu esfuerzo para cambiar un hábito que tal vez tengas muchos años arraigado.
Cuarto paso: No se que sé
Si sigues con constancia el paso anterior, en algún momento llegará a este paso, que es fantástico. Es cuando el cambio está tan asentado en ti que ocurre de manera automática.
De pronto, con el primer ejemplo que hemos usado, estas consciente en tu relación. No desconfías de tu pareja y estas presente para darte cuenta si hay cambios de actitudes. Con respecto al segundo ejemplo, tus explosiones de rabia han desaparecido. Casi no puedes recordar cuando fue la última vez que estallaste. Te das cuenta que disfrutas actuando de manera gentil y haciendo un reclamo de forma calmada.
En este paso casi no puedes entender cómo antes actuabas tan distinto. Ves un nuevo resultado en tu vida y también te sientes feliz porque eres una mejor versión de ti.
Espero este artículo te haya ayudado a recordar que tú puedes cambiar cualquier actitud que no desees. Así que vamos, ¡comienza ahora!
Conferencista internacional, renacedora profesional, Coach y líder certificada del proyecto internacional de autoestima. Investigadora de comportamiento humano y relaciones. Autora. Más de 25 años de formación en Venezuela y Estados Unidos.