Recientes investigaciones científicas han arrojado luz sobre una conexión crucial entre la forma en que se cocinan las papas y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. A menudo, se ha debatido sobre el impacto de la papa en los niveles de azúcar en sangre debido a su alto índice glucémico, pero un estudio a gran escala ha demostrado que la clave no está en el tubérculo en sí, sino en el método de preparación.

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Foto referencial – Foto de Polina Tankilevitch

Papas fritas: Vínculo directo con la diabetes

El estudio, que analizó datos de más de 205,000 profesionales de la salud en Estados Unidos durante casi cuatro décadas, encontró una asociación significativa entre el consumo frecuente de papas fritas y un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Los participantes que comían papas fritas tres o más veces por semana tenían un riesgo entre un 20% y un 27% mayor de desarrollar la enfermedad.

Este riesgo se atribuye a varios factores que se potencian durante el proceso de fritura:

  • Alto contenido de grasas: La fritura profunda añade grandes cantidades de grasas, a menudo insalubres, que contribuyen al aumento de peso y a la resistencia a la insulina, factores de riesgo clave para la diabetes.
  • Glucotoxinas (AGEs): Cocinar alimentos a altas temperaturas, especialmente con aceite, produce Productos Finales de Glicación Avanzada(AGEs). Estas sustancias, también conocidas como glucotoxinas, están relacionadas con la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo, lo que puede deteriorar la función de las células beta del páncreas que producen insulina.
  • Pico de azúcar en sangre: Las papas fritas tienen un índice glucémico más alto que las papas cocidas de otras maneras. El proceso de freír descompone la estructura del almidón de la papa, haciendo que sea absorbido más rápidamente por el cuerpo y provocando picos de azúcar en sangre más pronunciados.

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Métodos de cocción más saludables

A diferencia de las papas fritas, el estudio no encontró un riesgo significativamente mayor de diabetes en las personas que consumían papas preparadas de otras formas. Esto incluye:

  • Papas hervidas
  • Papas al horno
  • Puré de papas

Estos métodos de cocción no solo evitan la adición de grasas insalubres, sino que también preservan mejor los nutrientes y la fibra de la papa, lo que ayuda a moderar la respuesta de la glucosa en sangre. De hecho, expertos señalan que las papas, cuando se preparan de forma saludable, pueden formar parte de una dieta equilibrada.

El rol de los carbohidratos

El estudio también destacó la importancia de la calidad de los carbohidratos en la dieta. Se estimó que reemplazar tres porciones semanales de papas fritas con granos integrales (como arroz integral o pan de trigo integral) podría reducir el riesgo de diabetes en un 19%. Esto subraya que la elección de carbohidratos complejos y ricos en fibra es fundamental para la prevención de la diabetes.

En conclusión, el mensaje para la salud pública es claro y potente: la papa no es un alimento «malo» por naturaleza. Su impacto en la salud metabólica depende casi por completo de cómo la preparamos.

Limitar el consumo de papas fritas y optar por alternativas más saludables como las papas hervidas, al horno o al vapor, puede marcar una diferencia significativa en la reducción del riesgo de diabetes tipo 2. Es una prueba más de que pequeños cambios en nuestra dieta diaria pueden tener un impacto importante en nuestra salud a largo plazo.

Fuente: webconsultas

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