Beatriz es una mujer de sesenta años quien vive con su esposo y su único hijo y nieto. Consagrada a la fe desde los 30 con fervor, lee la biblia y comparte las enseñanzas del sagrado libro. Mujer de familia, amorosa siempre y vive sabiendo que su vida está en manos de Dios, en quien todo es posible

¡Cuestión de fe! – por Hernán Hernández

Imagen superior cortesía de Gerd Altmann en Pixabay

Hace un año fue diagnosticada de un cáncer difícil de tratar, pero con atención médica, su buen ánimo, apoyo familiar se ha mantenido estable. Luego de un año su salud ha empeorado y su ánimo fundamentado en su fe se ha debilitado. Ya no ríe como antes y la alegre fuerza con la que habla de su fe salvadora hoy se acompaña de tristeza.

En Venezuela, ciudadanos y residentes han estado viendo durante los últimos veinte años que su calidad de vida va sin freno en constante deterioro. En pro del cambio han hecho todo a su alcance en el marco de las leyes que rigen la democracia de su país: participar y no participar en elecciones, protestar, marchar, denunciar ante organismos competentes de atender cada tipo de delito, denunciar y solicitar ayudas ante organismos internacionales y multilaterales, hacer paros y huelgas. Han perdido la fe, la recuperan y la pierden como si de una enfermedad bipolar se tratara.

Se dice que la fe mueve montañas y obra milagros…

Cuestión de fe – Imagen referencial cortesía de Stefan Keller en Pixabay

¿Qué es la fe?

La fe es la creencia en algo o alguien sin que los atributos dados tengan suficiente comprobación que lo haga completamente veraz, es decir, carece de confirmación por la experiencia, la razón o la ciencia.

La fe es un elemento clave en la sustentación y mantenimiento de las religiones y las ideologías, pero no es exclusivo de ellas.

Lo que si es cierto es que la fe y la razón son opuestas entre si y las maneras como cada una se comporta también.

La razón cuestiona, busca verificar, problematiza, crea limites con definiciones, descompone y compone, cambia o válida, crea fórmulas lineales, decreta aciertos y desaciertos; la razón el lógica y calculada.

La fe nada cuestiona. Solo cree y todo, en aquel o en lo que tiene fe (a veces ciegamente, lamentablemente). Sin límites cree posible lo que la razón niega y, da por cierto lo incierto y por hecho lo que aun no se hace. Es considerada un motor para la acción. Es la fe la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

Una frase de autor desconocido dice que: “los pensamientos (razón) que son repetidos con fe, producen y atraen el máximo de fuerza en las acciones”. Desde este punto de vista parece que razón y fe si pueden convivir juntas y así se potencian, al menos la fe a la razón. Una pregunta es famosa en la filosofía: ¿podría la ciencia haberse sostenido sin fe?

¿Es cuestión de fe? Entonces, si pensamos y actuamos con fe, atraeremos con más fuerza la creación de lo pensado. ¿Lo afirmamos o lo preguntamos? Lo dejo a su libre elección.

Cuestión de fe – Imagen referencial cortesía de Andrea Don en Pixabay

Razón con fe o fe razonada

Como seres humanos estamos provistos de ambas capacidades, si pueden llamarse de tal manera; la de razonar y la de tener fe.

Beatriz puede o no verse sanada por obra de su fe dada a través de la medicina o por milagro obrado por la fe misma, pero con fe o sin ella, Beatriz ha de morir en algún momento.

Y en el caso de la fe en Jehová en la cual cree Beatriz y según Aníbal Matos (www.elmundo.es/sociedad/2016/04/06), Testigo de Jehová, explica que ellos afrontan la muerte de alguien querido «desde una perspectiva mucho más serena”, porque creemos en la resurrección futura, la pesadumbre está más controlada. No existe desesperación angustiosa como cuando alguien cree que ha perdido a su familiar y no hay nada más. Tenemos dolor y pesar.

Entonces la fe en esas ideas implica también la aceptación de la muerte, incluso con agradecimiento de los mandatos de Dios. Eso implica una fisiología de paz dada por la aceptación de los designios que la fe implica.

Por su parte los venezolanos, hoy libran de nuevo la batalla de la fe y la razón, creer o no en la posibilidad del cambio. Si es cierto que “los pensamientos (razón) que se repiten con fe, producen y atraen el máximo de fuerza en las acciones”, el cambio debe producirse y esto implica creer en aquel a quien se entrega el poder y la fe.

Cierto es que como dice la frase antes citada, los venezolanos deben atender las evidencias que además son un atentado a la fe.

He aquí, en el caso de Beatriz y el de los venezolanos, que ambos tiene su fe retada: La fe de Beatriz no debería cuestionar la enfermedad ni a los médicos y menos a la certeza de la vida eterna. La fe de los venezolanos no debe cuestionar a quien le han entregado su fe.

En ambos casos la fe debe ser el instrumento que da fuerza a sus razones, la fe debe considerarse un motor para la acción que sume y haga fuerte aquello en lo que cree, y recordar que es la fe la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve

Imagen referencial cortesía de Gerd Altmann en Pixabay

La fe finalmente se comporta como un calmante de la ansiedad, la angustia, la incertidumbre y la desesperanza. La fe se muestra con calma y una respiración tranquila que se traduce en paz luego de la tormenta que atenta contra ella.

Hoy espero dejarlos en fe, fe en ustedes mismos y quienes le rodean que tienen la misma fe, fe en su capacidad para aceptar la fe distinta de otros, fe para sumar y actuar por ella y por ustedes. Fe en su fe…

Hasta el próximo encuentro y nos vemos todos los lunes a las 9pm en nuestro Instagram live.

A tu salud…