El nacimiento de un hijo o una hija es uno de los acontecimientos más importantes y felices en la vida de una mujer. Sin embargo, también implica una serie de cambios físicos, emocionales y sociales que pueden generar estrés, cansancio y confusión. En algunos casos, estos cambios pueden desencadenar una depresión post parto, un trastorno que afecta a alrededor del 10% de las madres que recientemente han dado a luz.

La depresión post parto se caracteriza por una tristeza persistente, una pérdida de interés por las actividades que antes se disfrutaban, una baja autoestima, una sensación de culpa o de incapacidad para cuidar al bebé, una ansiedad excesiva, una alteración del sueño y del apetito, y en los casos más graves, pensamientos suicidas o de hacer daño al bebé.

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Melancolía post parto

La depresión post parto se diferencia de la melancolía post parto, que es una reacción normal y transitoria que suele aparecer entre el segundo y el cuarto día después del parto, y que se manifiesta con cambios de humor, llanto, nerviosismo e insomnio.

La melancolía post parto suele remitir en unas dos semanas con el apoyo de la familia y los amigos, mientras que la depresión post parto requiere una intervención profesional y puede durar meses o incluso años si no se trata adecuadamente.

Causas de la depresión post parto

Las causas de la depresión post parto no están claras, pero se cree que intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales.

Entre los factores biológicos, se ha señalado el papel de las hormonas, que sufren una gran variación durante el embarazo y el parto, y que pueden afectar al estado de ánimo y al funcionamiento cerebral. También se ha sugerido que algunas mujeres pueden tener una mayor vulnerabilidad genética o una menor capacidad para adaptarse a los cambios fisiológicos.

Entre los factores psicológicos, se ha encontrado que las mujeres con antecedentes de depresión, ansiedad, estrés o trauma tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión post parto.

Asimismo, las mujeres con una baja autoestima, una personalidad perfeccionista, una falta de confianza en sus habilidades maternas, o unas expectativas poco realistas sobre el parto y la maternidad pueden tener más dificultades para afrontar los retos que implica el cuidado de un recién nacido.

Entre los factores sociales, se ha observado que la depresión post parto es más frecuente en las mujeres que carecen de apoyo emocional y práctico de su pareja, su familia o sus amigos, o que se sienten aisladas o incomprendidas.

También influyen las condiciones de vida, como la pobreza, la violencia, el desempleo, la inestabilidad laboral o la falta de recursos sanitarios. Además, algunos acontecimientos vitales estresantes, como la pérdida de un ser querido, una enfermedad, una separación o un conflicto familiar pueden aumentar el riesgo de depresión post parto.

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Consecuencias de la depresión post parto

La depresión post parto tiene consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé y el resto de la familia.

La madre puede sufrir un deterioro de su salud física y mental, una disminución de su calidad de vida, una menor satisfacción con su pareja, una mayor probabilidad de consumir alcohol, tabaco u otras drogas, y una mayor dificultad para establecer un vínculo afectivo con su hijo o hija.

El bebé puede padecer un retraso en su desarrollo físico, cognitivo, emocional y social, una menor capacidad de respuesta a los estímulos, una mayor irritabilidad, un menor apego a la madre, una mayor incidencia de enfermedades, y una mayor susceptibilidad de sufrir problemas de conducta o de salud mental en el futuro.

El resto de la familia también puede verse afectado por la depresión post parto, ya que puede generar tensión, conflicto, incomunicación, resentimiento, frustración o desapego entre los miembros de la pareja, los hijos mayores, los abuelos u otros parientes.

Posible tratamiento

El tratamiento puede incluir psicoterapia, medicación antidepresiva, o una combinación de ambos, según la gravedad y la preferencia de la paciente.

La psicoterapia consiste en un proceso de ayuda profesional que tiene como objetivo identificar y modificar los pensamientos, las emociones y las conductas que contribuyen a la depresión post parto.

La medicación antidepresiva consiste en el uso de fármacos que actúan sobre los neurotransmisores cerebrales que regulan el estado de ánimo, como la serotonina, la noradrenalina o la dopamina.

Los antidepresivos deben ser prescritos y supervisados por un médico, que debe valorar los beneficios y los riesgos de su uso, especialmente si la mujer está amamantando.

Además del tratamiento profesional, existen otras medidas que pueden ayudar a prevenir o a superar la depresión post parto, como:

  • Cuidar la salud física
  • Buscar apoyo social
  • Expresar los sentimientos
  • Disfrutar del tiempo libre
  • Relajarse
  • Establecer una rutina
  • Ajustar las expectativas
  • Buscar información

La depresión post parto es un problema de salud que afecta a muchas mujeres y que tiene un impacto negativo en su bienestar y en el de su entorno. Sin embargo, con un diagnóstico precoz, un tratamiento y un apoyo adecuados, se puede superar y recuperar la alegría de vivir y de ser madre.

Fuente: webconsultas

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