Las personas que sufren diabetes, deben administrarse insulina. De hecho, las personas con diabetes tipo 1 tienen este medicamento como el único tratamiento disponible; pero las que presentan la tipo 2 no siempre es necesario administrarla, refieren expertos.

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Según Ana Chico, de la Sociedad Española de Diabetes, el uso de bombas de insulina consiste en un dispositivo automático, pequeño, que contiene insulina y su uso programa cuánta cantidad queremos que reciba la persona enferma, en cada momento del día.

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En general, la insulina debe administrarse de forma continua, lo que mejora la absorción. Eso le da más flexibilidad al paciente, que le permite adaptar esa perfusión continua al ejercicio, viajes, cambios de horario y comidas.

La bomba de insulina debe ajustarse a las necesidades de la persona con diabetes, en vez de utilizar las inyecciones de plumas de insulina habituales. Esto permite modificar o adaptar la cantidad de insulina, en cualquier momento del día.

La bomba de insulina contrasta con la administración de plumas, que no permiten un ajuste preciso. Así las personas pueden controlar la diabetes, la calidad de vida y tener, como explicamos, más flexibilidad al personalizar el tratamiento

Cualquier paciente que requiera de insulina intensiva, con varias administraciones a lo largo del día, puede usar la bomba de insulina. Lo más importante, es conocer cómo se usa esta tecnología.

Si se tiene diabetes tipo 1, debe administrarse insulina entre 4 y 6 veces al día; el uso de una bomba reduce el tratamiento a un pinchazo cada tres días, que es una ventaja en niños pequeños.. En personas con diabetes tipo 2, que suelen tener una enfermedad más estable, deben usarlo en adultos cuyo páncreas esté agotado.

El manejo y colocación de la bomba de insulina, según los expertos, es fácil. Se coloca una canula de forma subcutánea, que va unida a un catéter que debe cambiarse cada tres días. El catéter contiene un reservorio de insulina, que se infunde de manera automática al torrente circulatorio

Algunas personas tienen ciertas dificultades al llevar un aparato conectado al cuerpo. Es importante superar los problemas y molestias, para seguir adelante con el tratamiento. Si la persona no está cómoda, puede volver a la terapia anterior.

Generalmente, la bomba de insulina se coloca en el abdomen, en la parte anterior o posterior, o en el glúteo. La localización va rotando y se pone a distintas alturas, para no pinchar siempre la misma zona.

Fuente: Cuídateplus

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