Cuando experimentas dolor muscular generalizado y persistente, tu calidad de vida puede verse significativamente afectada. Esta sensación, a menudo acompañada de rigidez y fatiga, puede tener raíces profundas en procesos inflamatorios crónicos que alteran la estructura y función de tus tejidos.

Existen enfoques médicos, como los aplicados en la medicina anti envejecimiento, que buscan ir más allá del simple alivio sintomático. El Dr. Juan Carlos Méndez, especialista en esta área, explica cómo se pueden abordar estas condiciones desde su origen para promover una recuperación más completa y duradera.

dolor muscular

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Entendiendo la raíz del malestar muscular

El término «fibromialgia» describe una condición donde hay una especie de cicatrización (fibrosis) en los músculos (mio), lo que genera dolor (algia). Según el Dr. Méndez, una inflamación crónica puede hacer que el tejido muscular se vuelva más denso, duro y «reumático».

Esta alteración disminuye la circulación sanguínea y, por ende, el suministro de oxígeno a los músculos. Como resultado, el tejido comienza a producir ácido láctico en exceso, lo que intensifica el dolor. Además, las terminaciones nerviosas pueden quedar atrapadas o fibrosadas, enviando constantes señales de dolor al cerebro.

Un enfoque regenerativo: las fases clave

Desde la perspectiva de la medicina anti envejecimiento, el tratamiento se enfoca en un proceso de restauración que el Dr. Juan Carlos Méndez describe con las «Cuatro R», comenzando por dos fases fundamentales:

  • Fase de Remoción:
    • Objetivo: Eliminar el exceso de ácido láctico acumulado y contrarrestar la acidosis metabólica en tu cuerpo.
    • Estrategias: Se inicia con una alimentación vegetariana alcalina (por ejemplo, durante una semana), acompañada de bebidas hidratantes con bicarbonato. Se complementa con terapias de depuración como purgas suaves, enemas de café y pediluvios iónicos para ayudar a eliminar ácidos y radicales libres.
  • Fase de Revitalización:
    • Objetivo: Suministrar al cuerpo los elementos que le hacen falta, principalmente oxígeno, y ayudar a revertir la fibrosis.
    • Estrategias: Se utilizan terapias como la medicina hiperbárica (oxigenoterapia) y la ozonoterapia. El ozono, además de mejorar la oxigenación, ayuda a «desfibrosar» el tejido muscular que se ha vuelto cicatricial, mejorando significativamente la circulación.

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Consideraciones importantes en el proceso

Este tipo de abordaje busca tratar la condición desde la raíz, no simplemente enmascarar el dolor con analgésicos convencionales. Es un proceso que requiere paciencia y un enfoque integral.

Una consideración crucial que destaca el Dr. Méndez es la gestión del ejercicio físico y los masajes. Durante la fase aguda de inflamación, este tipo de intervenciones están contraindicadas, ya que podrían exacerbar el problema. Solo una vez que la inflamación ha disminuido significativamente, se puede comenzar con la fisioterapia y los masajes como parte del proceso de rehabilitación.