La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica que causa inflamación en las articulaciones, provocando dolor, rigidez y limitación del movimiento. Aunque no existe una cura, el ejercicio regular es una de las herramientas más poderosas para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con esta condición.

artritis reumatoide
Foto referencial – Imagen de Vilius Kukanauskas

¿Por qué el ejercicio es beneficioso para la artritis reumatoide?

  • Reduce el dolor y la rigidez: El movimiento regular ayuda a lubricar las articulaciones y a disminuir la rigidez matutina, uno de los síntomas más comunes de la AR.
  • Fortalece los músculos: Los músculos fuertes ayudan a soportar las articulaciones y a reducir el estrés sobre ellas.
  • Mejora la función física: El ejercicio puede aumentar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, lo que permite realizar las actividades diarias con mayor facilidad.
  • Eleva el estado de ánimo: La actividad física libera endorfinas, que son neurotransmisores que producen sensación de bienestar y ayudan a combatir la depresión.
  • Ayuda a mantener un peso saludable: El sobrepeso puede aumentar la presión sobre las articulaciones, por lo que mantener un peso saludable es importante para controlar los síntomas de la AR.

Tipos de ejercicio recomendados

  • Ejercicios de bajo impacto: Estos ejercicios son ideales para proteger las articulaciones y minimizar el dolor. Algunos ejemplos incluyen:
    • Natación: El agua proporciona flotabilidad y reduce el estrés en las articulaciones.
    • Tai chi y yoga: Estas disciplinas combinan movimientos suaves y estiramientos, mejorando la flexibilidad y el equilibrio.
    • Caminar: Es un ejercicio de bajo impacto que puede realizarse a cualquier hora del día.
    • Ciclismo estático: Permite ejercitar las piernas sin poner demasiado peso en las articulaciones.
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular: Estos ejercicios ayudan a aumentar la fuerza de los músculos alrededor de las articulaciones, proporcionando mayor estabilidad. Se pueden realizar con bandas de resistencia, pesas ligeras o el propio peso corporal.
  • Ejercicios de rango de movimiento: Estos ejercicios ayudan a mantener la flexibilidad y a prevenir la rigidez articular.

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Consejos para empezar un programa de ejercicios

  • Consulta a tu médico: Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es importante consultar a tu médico para determinar qué tipo de actividad física es más adecuada para ti.
  • Comienza despacio: Empieza con sesiones cortas y de baja intensidad y aumenta gradualmente la duración y la intensidad del ejercicio.
  • Escucha a tu cuerpo: Si sientes dolor, detente y descansa.
  • Calienta y enfría: Dedica unos minutos al calentamiento y al enfriamiento antes y después de cada sesión para preparar los músculos y evitar lesiones.
  • Sé constante: La clave para obtener resultados es la regularidad. Intenta hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana.

Beneficios adicionales del ejercicio

Además de aliviar los síntomas de la AR, el ejercicio regular puede ofrecer otros beneficios para la salud, como:

  • Mejorar la salud cardiovascular: Reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
  • Fortalecer el sistema inmunológico: Ayudar a combatir infecciones.
  • Mejorar la calidad del sueño: Dormir mejor puede ayudar a reducir el dolor y la fatiga.

Recuerda: El ejercicio es una herramienta importante para controlar los síntomas de la artritis reumatoide y mejorar tu calidad de vida. Sin embargo, es fundamental encontrar un programa de ejercicios que se adapte a tus necesidades y limitaciones individuales. ¡Consulta a tu médico y comienza a moverte hoy mismo!

Fuente: sabervivirtv

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