La costumbre de tomar café en ayunas es una de las rutinas matutinas más extendidas a nivel global. La fragancia y el sabor de una taza de café recién hecho se han convertido en el motor de millones de personas para empezar el día. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en los supuestos beneficios para la salud de esta práctica?

La ciencia ha investigado a fondo los efectos de la cafeína y otros componentes del café en el cuerpo humano, y los resultados sugieren que, si bien puede ofrecer ventajas, también presenta ciertos riesgos si se consume con el estómago vacío.

café en ayunas
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Lado negativo: Posibles efectos perjudiciales

El principal problema de beber café en ayunas radica en su impacto en el sistema digestivo. El café es conocido por ser un estimulante de la producción de ácido clorhídrico en el estómago. Si se consume sin alimentos que neutralicen este ácido, puede provocar una serie de molestias como acidez, indigestión, e incluso gastritis a largo plazo en personas susceptibles.

Este efecto se amplifica en individuos con condiciones preexistentes como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

Otro aspecto a considerar es el impacto hormonal. Consumir café nada más levantarse, cuando los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, están en su punto más alto, podría potenciar su efecto y generar una respuesta de estrés exagerada en el organismo.

Aunque el cuerpo puede regular esta situación, hacerlo de manera crónica podría llevar a una desregulación del ritmo circadiano y afectar la calidad del sueño a largo plazo.

Lado positivo: Potenciales beneficios

A pesar de los riesgos, el café en ayunas también tiene sus defensores y no sin razón. La cafeína es un conocido estimulante del metabolismo. Al tomarlo por la mañana, puede ayudar a activar la quema de calorías y la movilización de grasas, lo que podría ser beneficioso para quienes buscan perder peso. Además, el café es una excelente fuente de antioxidantes, como los ácidos clorogénicos y el ácido ferúlico. Estos compuestos ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres, lo que puede contribuir a la prevención de enfermedades crónicas.

El café también mejora la función cognitiva. La cafeína bloquea la adenosina, un neurotransmisor que produce somnolencia. Esto resulta en una sensación de alerta, una mejora en la concentración y un aumento de la energía. Para quienes necesitan un impulso para arrancar sus actividades matutinas, el café en ayunas puede ser una herramienta eficaz para potenciar su rendimiento mental y físico.

La clave está en la moderación y el contexto

En definitiva, la pregunta de si tomar café en ayunas es bueno o malo no tiene una respuesta única y definitiva. La clave está en la moderación y en escuchar a tu propio cuerpo. Para personas sanas, sin problemas digestivos ni hormonales, tomar una taza de café en ayunas de vez en cuando probablemente no cause ningún problema significativo. Sin embargo, para aquellos con sensibilidad gástrica, acidez o problemas de ansiedad, es más recomendable consumirlo después de haber ingerido algún alimento, aunque sea ligero.

Una buena práctica podría ser acompañar el café con un pequeño desayuno que incluya proteínas y grasas saludables, como un yogur, un puñado de frutos secos o una tostada con aguacate. De esta manera, se puede disfrutar de los beneficios del café, como el impulso energético y la acción antioxidante, mientras se minimizan los efectos negativos en el sistema digestivo.

Al final del día, la mejor estrategia es aquella que se adapta mejor a tu estilo de vida y te hace sentir bien.

Fuente: mejorconsalud

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