La escarlatina es una patología bacteriana que se presenta en varias personas con amigdalitis (faringitis estreptocócica). Se presenta como una erupción de color rojo brillante que cubre la mayor parte del cuerpo. La escarlatina casi siempre va acompañada de dolor de garganta y fiebre alta.
La escarlatina es más común en niños entre las edades de 5 y 15 años. Aunque la escarlatina alguna vez se consideró una enfermedad infantil grave, el tratamiento con antibióticos la ha hecho menos peligrosa. Sin embargo, si no se trata, puede causar enfermedades más graves que afectan el corazón, los riñones y otras partes del cuerpo.

Síntomas
Los signos de la escarlatina aparecen principalmente entre 1 y 3 días después de contraer la infección e incluyen garganta muy dolorida y roja, a veces con manchas blancas o amarillentas, glándulas inflamadas y fiebre.
Aproximadamente de 12 a 24 horas después de que comienzan los síntomas, aparece una mancha roja en la piel, especialmente en la cara, el cuello, las axilas o la ingle. En unas 24 horas se esparce por el cuerpo y se convierte en una quemadura solar y se siente como papel de lija. Después de 3 a 7 días, la erupción comienza a pelarse.
También puede causar:
- Protuberancias rojas en la lengua: parece una fresa o una capa blanquecina en la lengua
- Dolor de cabeza
- Dolor abdominal, náuseas y vómitos
- Escalofríos
- Dolor de garganta y amígdalas: dificultad para tragar
- Glándulas inflamadas en el cuello
- Dolor en todo el cuerpo
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Causas
La escarlatina es causada por el mismo tipo de bacteria que causa la faringitis estreptocócica: el estreptococo del grupo A. En la escarlatina, la bacteria libera una toxina que causa la erupción en la piel y una lengua roja.
La infección se transmite de persona a persona a través de gotitas cuando una persona infectada tose o estornuda. El período de incubación (tiempo entre la exposición y la enfermedad) suele ser de 2 a 4 días.
¿Cómo se trata la escarlatina?
La escarlatina se trata con antibióticos. Si no se trata, la bacteria puede propagarse a las amígdalas, los pulmones, la piel, los riñones, la sangre o el oído medio. Los antibióticos evitarán problemas de salud graves, como fiebre reumática, enfermedad renal, neumonía y artritis.
El médico también puede recomendar períodos de descanso, analgésicos y que su hijo beba mucha agua.
Los afectados dejarán de ser infecciosos 24 horas después de comenzar con los antibióticos. Si no tienen antibióticos, aún tienen la posibilidad de ser contagiosos durante 2 a 3 semanas.
Fuente: webconsultas
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