La frase estrés contagioso no es para tomarla ligeramente. En una época de contagios y viralización, también tenemos que estar al tanto de otros contagios. Hablamos de estados de ánimos específicos como el estrés, que cuando se manifiestan, parecen ir expandiéndose en el lugar donde aflora como un manto negro que arropa el cielo luminoso del día.
Maury Rivero es psicológo clínico y también terapeuta de niños, adultos y adolescentes. Asegura que, en efecto, el estrés es contagioso. Pues los «estados anímicos son contagiosos», sean estos positivos o negativos. La tristeza se contagia al igual que la alegría.
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¿Qué hacer para evitar el estrés contagioso?
Cortesía de Pixabay
Para la terapeuta, podemos recurrir a una serie de prácticas que nos ayudan a no caer en estados anímicos de decaimiento. Es así como señala que «no debemos abandonar esas actividades que nos generan disfrute». Pone como ejemplo el café matutino que nos tomamos temprano antes de ir al trabajo. Pero también puede ser el ejercicio, esa actividad de disfrute en otras personas. Son todas rutinas que nos dan paz. Y depende de cada persona.
Asimismo, es fundamental , para Rivero, fomentar conversaciones que no caigan en una visión «como de túnel», por lo oscuro. No se trata de apartar al otro, de aquel que sufre el estrés. Sino de darnos cuenta de que no podemos ser una persona que se «transformar en el bastón emocional de todo el mundo». Y para ello es necesario poner y reconocer nuestros límites. Discernir hasta dónde puedo apoyar y hasta dónde no.
Señala la psicólogo clínico, Rivero, que las personas que padecen estrés con frecuencia tienden a ver lo negativo en la mayoría de las cosas. De modo que se corre el peligro de contagiarse por estrés, porque, tal vez sin haberlo buscado, nos hemos «convertido en la poceta del otro».
Fuente: A tu salud, la revista