La decisión de mantener una relación de pareja disfuncional «por el bien de los hijos» es una realidad que enfrentan muchas familias. La creencia de que la separación causará un daño irreparable a los pequeños lleva a algunos padres a prolongar una convivencia marcada por la frialdad y la apatía. Sin embargo, esta aparente solución puede generar un impacto negativo en el desarrollo emocional de los niños, quienes perciben la falta de afecto y la frustración de sus padres.

Según Oscar Misle, educador, orientador y psicoterapeuta, los hijos perciben la realidad de la relación de sus padres desde muy temprana edad. Incluso un niño de 10 años puede notar la ausencia de afecto entre sus padres, como relató Misle en una experiencia personal. Esta situación genera una carga emocional en los niños, quienes se sienten responsables de la felicidad de sus padres y pueden desarrollar sentimientos de culpa y baja autoestima.

hijos pegamento

Imagen de Charles McArthur en Pixabay

Consecuencias de los «Hijos pegamento»

  • Dificultad para establecer relaciones sanas: Los niños que crecen en un ambiente de tensión y falta de afecto pueden tener dificultades para confiar en los demás y establecer relaciones íntimas.
  • Sentimientos de culpa y responsabilidad: Los hijos pueden sentirse culpables por la infelicidad de sus padres y sentir la responsabilidad de mantenerlos juntos.
  • Baja autoestima: La falta de un modelo de relación saludable puede afectar la autoestima de los niños y hacer que se sientan indignos
  • de amor.
  • Dificultades para expresar emociones: Los niños pueden aprender a reprimir sus emociones para evitar conflictos o para complacer a sus padres.
  • Miedo al abandono: La inestabilidad emocional en el hogar puede generar miedo al abandono y ansiedad en los niños.

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Fundamentos para relaciones sanas

La construcción de relaciones sanas desde la infancia es fundamental para el desarrollo emocional y social de los niños. Involucra enseñarles a comunicar sus emociones de manera abierta y honesta, a establecer límites personales y a respetar los de los demás, y a resolver conflictos de forma constructiva. Además, es crucial que valoren el tiempo dedicado a la relación de pareja, observando modelos de afecto y respeto en su entorno familiar.

A su vez, la inteligencia emocional juega un papel crucial en la construcción de relaciones sanas. Enseñar a los niños a reconocer, comprender y manejar sus emociones les permitirá establecer vínculos afectivos más sólidos y satisfactorios. Es fundamental que los padres busquen ayuda profesional, para que aprendan a manejar sus emociones.