La hipoacusia es un problema auditivo que puede ocasionar la sordera parcial; o la completa sensibilidad auditiva. Puede ser de tres tipos: neurosensorial, mixta y conductiva.
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En el primer caso, afecta directamente los órganos del oído interno, vinculados directamente al sistema nervioso. En la mixta, ataca a los conductivos y al sistema neurosensorial; y la conductiva, limita la detección de sonidos eternos, que justamente se produce en el oído medio.
Generalmente suelen aparecer síntomas que ayudan a detectar el inicio de la sordera; es muy importante realizar una revisión, con estudios auditivos completos.
La hipoacusia se presenta como un problema a partir de los 65 años; pero es posible que se presente antes, incluyendo a los más pequeños del hogar.
Es una lesión habitual para las personas constantemente sometidas a ruidos ambientales elevados; música alta y todo lo que conlleva un estrés y dolor al oído.
Es sumamente importante prestar atención para garantizar un tratamiento correcto; los profesionales pedirán a los padres que evalúen, por ejemplo, como se desenvuelve el niño con su entorno. Para detectarlo a tiempo, deben observar si el niño reacciona a ruidos o a sus voces cuando intentan calmarlo.
Síntomas más frecuentes de la hipoacusia
No emitir sonidos o balbucear
No reconocer su nombre durante los seis primeros meses
Dificultad para pronunciar más de diez palabras pasados los diez años de vida
Consecuencias de la hipoacusia
Las mayores consecuencias van referidas al aprendizaje y a la comunicación; los niños pueden presentar problemas que afecten sus intereses y motivaciones. Por lo tanto, es esencial contar con un tratamiento temprano, para que pueda desarrollar el niño todas sus capacidades.
Igualmente, es necesario siempre acudir a un experto para verificar la condición del oído y sus partes; ya que solo una evaluación médica descartará cualquier otra patología.
