En el mundo cinematográfico se idealizó una creencia de que aquellas personas que sufrieron traumas infantiles, se ven afectadas por sus consecuencias psicológicas a lo largo de toda su vida. Sin embargo, este mal, se termina superando con las terapias adecuadas.
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Según los expertos, lo habitual es asociar a los malos tratos físicos, o el abuso sexual, pero casi nunca están vinculados a muchas experiencias también traumáticas, que pueden ser difíciles de detectar. El ninguneo, el desprecio, falta de valoración y la falta de cuidados, por ejemplo.
Según Gloria Bellido Zanin, psicóloga, los eventos traumáticos que tienen mayores efectos negativos son aquellos que están causados por otro ser humano. En especial, los que son provocados por un cuidador principal, que puede generar más consecuencias, ya que el niño se encuentra en una misma persona.
Traumas infantiles
Tomando en cuenta este punto de vista, la infancia y adolescencia son períodos especiales vulnerables. Sufrir traumas en estos momentos de la vida, tiene consecuencias psicológicas por diferentes causas. La primera, porque se tienen menos recursos. Además, depende de la respuesta del adulto cuidador.
Los expertos refieren que los problemas pueden detectarse en la infancia, a través de ciertos síntomas que tienen que ver con la escolarización, alimentación y sueño. Muchas veces, a las personas les cuesta hablar de esto, por lo que tienen enterradas estas experiencias en la memoria, costando aflorar con facilidad sus emociones.
Hay que hablar de los problemas y traumas, por lo que uno de los principales mitos es que «dejarlos pasar» hace bien. Sin embargo, no tomar en cuenta experiencias dolorosas pueden llegar a ser más traumáticas.
Para concienciar y tener datos sobre este tema, las personas deben romper el silencio y hablar, siempre, de los problemas a fondo. Lo más importante, es que las personas conozcan y entiendan la prevalencia del trauma a tratar.
