El ictus está considerado como la primera causa médica de discapacidad en el mundo, así como la segunda causa de muerte en occidente, así como la segunda causa de demencia en el mundo, según diferentes estudios.
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Se estima que, a nivel mundial, al menos 15 millones de personas sufren ictus cada año, con una tasa de mortalidad peligrosa del 30%. Por esto, es importante que las personas estén debidamente informadas sobre los síntomas de alarma, que hacen que puedas sospechar de este problema.
Es una enfermedad con la existencia de factores que pueden modificarse, ya que el control de estos puede disminuir hasta un 40%.
Existen varios factores de riesgo
En los ictus isquémicos, los factores no modificables vienen siendo la edad, el sexo, hereditarios, raza, localización y bajo peso al nacer.
Por su parte, los modificables son: diabetes mellitus, hipertrofia ventricular, homocisteinemia, dislipemias, sedentarismo y exceso de consumo de alcohol.
En cuanto a los factores de riesgo en ictus hemorrágicos se encuentran: hematoma cerebral, edad, sexo, raza, hipertensión, consumo excesivo de alcohol y angiopatía amiloide; así como la hemorragia subdural
Es sumamente importante que el equipo de atención primaria promueva un desarrollo para la búsqueda de factores de riesgo que sufran los pacientes.
Las personas deben tomar en cuenta que para prevenir esta situación se necesita mantener una dieta balanceada; al igual que acudir a expertos, al momento de presentar un síntoma. La prevención es sumamente importante y necesaria, para seguir manteniendo al paciente con vida.
Igualmente, de sufrir alguna complicación, los afectados no pueden dejar de acudir a un médico de confianza. Así, se comienza un diagnóstico del paciente y también con un tratamiento que puede salvarle la vida.
Como se reseñó al principio, la mortalidad en los ictus es una tasa preocupante, a pesar de los estudios y avances médicos de la época.
