Aunque generalmente asociamos el ACV o accidente cerebrovascular con adultos, esta condición también puede presentarse en la infancia. Sin embargo, su diagnóstico en pediatría resulta particularmente complejo. Un gran porcentaje de los casos atendidos con sospecha de ictus en niños son, de hecho, «ictus mimics»: afecciones no vasculares que producen un déficit neurológico agudo, confundiendo a los profesionales y retrasando el tratamiento adecuado.

La dificultad principal radica en que el diagnóstico diferencial en la edad pediátrica es mucho más amplio que en adultos. La doctora Ana Felipe Rucián, cocoordinadora del Grupo de Trabajo de Ictus Pediátrico de la SENEP, señala que mientras en adultos los «ictus mimics» representan solo un 20-30% de las consultas, en niños este porcentaje se invierte: un 70-80% de las sospechas son en realidad estas condiciones imitadoras.

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Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay

Causas Comunes de los ‘Ictus Mimics’ Pediátricos

Los síntomas de estos «falsos ictus» son, por definición, muy similares a los de un ictus verdadero, llevando a la confusión. Las causas más frecuentes de estos imitadores en la edad pediátrica incluyen:

  • Migraña hemipléjica: Esta es una migraña con aura poco común que puede causar debilidad o parálisis temporal en un lado del cuerpo, imitando perfectamente los síntomas de un ACV
  • Crisis epilépticas: Específicamente, las parálisis transitorias focales, conocidas como parálisis de Todd, que provocan debilidad temporal en una parte del cuerpo después de una convulsión.
  • Trastornos funcionales: También llamados cuadros conversivos o psicosomáticos.

Otros imitadores menos comunes incluyen síncopes, vértigo o intoxicaciones.

Síntomas de Alerta de un Ictus en Niños

Los síntomas de un ictus en menores, especialmente en niños mayores, son similares a los que se ven en adultos y exigen atención inmediata. Estos incluyen:

  • Pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo.
  • Alteración o incapacidad para hablar.
  • Pérdida de visión en un hemicampo visual.
  • Alteración del nivel de consciencia.

En lactantes, las crisis epilépticas que afectan un solo lado del cuerpo resultan frecuentes como señal de alarma.

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Diferenciando el Ictus Verdadero del ‘Mimic’

Para distinguir entre un «ictus mimic» y uno real, la herramienta diagnóstica principal es una exhaustiva historia clínica (anamnesis) y una completa exploración física neurológica.

Sin embargo, en casos complejos, como las migrañas hemipléjicas, resulta necesario realizar una resonancia magnética (RMN) para confirmar el diagnóstico. En el ámbito pediátrico, los médicos prefieren no administrar tratamientos de repermeabilización para el ictus (como los que se usan en adultos) sin una confirmación diagnóstica clara, generalmente obtenida mediante la RMN cerebral. La clave está en que equipos especializados de las Unidades de Ictus Pediátricos manejen rápidamente el diagnóstico para evitar pruebas innecesarias o el retraso en el diagnóstico de la patología real.