No es simplemente una «dieta extrema», sino una enfermedad mental compleja impulsada por un miedo intenso a ganar peso o engordar, incluso estando por debajo del peso considerado normal o saludable
La anorexia nerviosa (AN) es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) grave y potencialmente mortal, caracterizado por la restricción de la ingesta energética que conduce a un peso corporal significativamente bajo para la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. (Imagen superior de Kaboompics.com en Pexels).

Manifestaciones Clínicas y Consecuencias
La AN no solo afecta el peso, sino que tiene profundas repercusiones físicas y psicológicas:
- Comportamiento: La característica central es la restricción persistente de alimentos. Esto a menudo se acompaña de ejercicio excesivo y compulsivo, vómitos autoinducidos o uso indebido de laxantes y diuréticos.
- Físicas: Las consecuencias de la inanición incluyen desequilibrios electrolíticos graves, arritmias cardíacas, pérdida de densidad ósea (osteoporosis), problemas gastrointestinales y amenorrea (ausencia de menstruación) en mujeres.
- Psicológicas: Los pacientes suelen mostrar una distorsión de la imagen corporal (verse con sobrepeso aun estando extremadamente delgados), perfeccionismo, rigidez cognitiva y aislamiento social. La comorbilidad con la depresión y la ansiedad es muy común.

El tratamiento de la AN es multidisciplinar, involucrando la recuperación nutricional, el tratamiento psicológico (terapia cognitivo-conductual, terapia familiar) y el seguimiento médico continuo.
El Ejercicio Físico: Un Arma de Doble Filo
Tradicionalmente, el ejercicio físico en pacientes con anorexia nerviosa ha sido un tema delicado. Muchos pacientes usan el ejercicio de forma compulsiva y punitiva (ejercicio excesivo e inapropiado para compensar la ingesta), lo que agrava su estado físico y mental. Por esta razón, el ejercicio a menudo se prohíbe o restringe severamente en las fases iniciales del tratamiento.

Sin embargo, el ejercicio, cuando se aplica de manera controlada y profesional, puede ser una herramienta terapéutica poderosa.
- Ayuda a mitigar la pérdida de masa muscular (sarcopenia) que ocurre durante la desnutrición.
- Mejora la salud ósea y la densidad mineral.
- Ofrece una vía positiva para gestionar la ansiedad y el estrés, diferente de las conductas compensatorias.
- Permite al paciente reconectar con su cuerpo de una manera saludable y funcional, en lugar de verlo únicamente como un objeto de delgadez.
Proyecto DiAna: Integrando el Entrenamiento de Fuerza
La necesidad de integrar el ejercicio de forma segura ha impulsado proyectos de investigación en entornos clínicos reales, como la iniciativa conocida como Proyecto DiAna.
- Objetivo: El proyecto DiAna tiene como fin aplicar un programa estructurado de entrenamiento de fuerza supervisado. El propósito es integrar el ejercicio físico seguro y supervisado como parte del tratamiento estándar de la anorexia nerviosa.
- Enfoque: A diferencia del ejercicio compulsivo, este programa se centra en la ganancia de funcionalidad, fuerza muscular y masa corporal magra, bajo la estricta vigilancia de profesionales de la salud. Se utiliza como un medio para mejorar la composición corporal de forma segura durante el proceso de recuperación de peso.
- Impacto Terapéutico: Al aplicar principios de entrenamiento de fuerza en un entorno clínico, proyectos como DiAna buscan transformar el ejercicio de una conducta patológica a un comportamiento adaptativo, ayudando a los pacientes a recuperar no solo su peso, sino también su fuerza física y mental, esencial para una recuperación completa.

La investigación de este tipo subraya que el futuro del tratamiento de la AN pasa por la integración de terapias que aborden tanto la mente como el cuerpo, siempre bajo principios de seguridad y supervisión experta.
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