Un nuevo estudio que será presentado en las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association y realizado en Boston ha arrojado luz sobre un factor de riesgo ambiental subestimado: la exposición a altos niveles de luz artificial durante la noche
La contaminación lumínica | Imagen superior de Chait Goli en Pexels
La investigación ha revelado que esta exposición nocturna puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular al estar relacionada con una serie de respuestas fisiológicas adversas. A continuación, conoce los resultados del estudio:

La Triple Amenaza Nocturna
Los hallazgos del estudio sugieren una compleja cadena de eventos biológicos desencadenada por la luz artificial excesiva en la noche. Seguidamente, los detalles:
- Mayor Actividad Cerebral Asociada al Estrés: La luz artificial en horas de descanso puede interferir con los ritmos circadianos y el sueño profundo, activando regiones cerebrales vinculadas al estrés y la alerta. Esto mantiene al cuerpo en un estado de tensión constante que debería estar inactivo durante la noche.
- Inflamación Arterial: El estrés crónico y la alteración del ciclo de sueño están intrínsecamente ligados al aumento de los marcadores inflamatorios en el cuerpo. El estudio sugiere que esta inflamación afecta directamente las arterias.
- Mayor Riesgo Cardíaco: La combinación de estrés cerebral elevado e inflamación arterial crónica se traduce en un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, incluyendo la hipertensión y el infarto.

Un Factor de Riesgo Modificable
La importancia de esta investigación, según sus autores, reside en que la iluminación artificial es un factor ambiental que se puede modificar. Esto proporciona una vía práctica y factible para la prevención de enfermedades cardíacas en poblaciones vulnerables. A continuación, conozcamos éstas medidas:
- Población en Riesgo: Las personas que residen en zonas urbanas con alta contaminación lumínica o aquellas con trabajos nocturnos están especialmente expuestas a este riesgo.

- Medidas Preventivas Factibles: Adoptar medidas para reducir la exposición a la luz brillante durante la noche puede ayudar a mitigar estos riesgos. Esto incluye el uso de cortinas opacas, antifaces para dormir, o la limitación de dispositivos electrónicos antes de acostarse, permitiendo que el cerebro y el sistema cardiovascular entren en un estado de reparación y descanso óptimo.

La conclusión del estudio es clara: mientras la contaminación lumínica sigue creciendo a nivel global, es vital considerarla no solo como un problema ambiental, sino también como un serio desafío de salud pública que requiere intervenciones tanto individuales como urbanísticas.
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