Durante mucho tiempo se ha dicho que el desayuno es la comida más importante del día, y aunque la ciencia moderna ha afinado un poco esta idea, su valor para nuestra salud sigue siendo grande. Después de pasar varias horas sin comer mientras dormimos, nuestro cuerpo necesita energía y nutrientes para arrancar el día con buen pie. El desayuno, entonces, es clave para «despertar» nuestro metabolismo y darnos la gasolina necesaria para lo que tengamos que hacer por la mañana, tanto física como mentalmente
La importancia de desayunar | Imagen superior de Visual Tag Mx en Pexels
Energía y nutrientes para rendir al máximo
Un desayuno equilibrado nos da la glucosa que necesita nuestro cerebro para funcionar bien. Esto se traduce en que nos concentramos mejor, recordamos más y, en general, nuestra mente trabaja mejor, tanto en niños como en adultos. Además, es una buena oportunidad para meter al cuerpo nutrientes importantes que a veces no comemos tanto en otras comidas. Por ejemplo, la fibra (que está en los cereales integrales y las frutas), las vitaminas y los minerales. Un buen desayuno puede ayudarnos a cubrir una buena parte de lo que necesitamos de estos nutrientes cada día, lo que es bueno para nuestra salud a largo plazo.
¿Ayuda a controlar el peso? La ciencia tiene sus dudas
La creencia popular de que desayunar ayuda a no engordar se ha estudiado mucho, pero los resultados no son siempre los mismos. Algunas investigaciones dicen que la gente que desayuna suele pesar menos y tiene menos chances de tener obesidad. Esto es quizás porque ayuda a controlar el hambre durante el día y a no picar cosas tan poco saludables. Sin embargo, otros estudios no han encontrado una relación tan clara entre saltarse el desayuno y subir de peso. Parece que lo más importante es qué desayunamos y cómo comemos en general durante todo el día.
Más allá del peso: beneficios para al cuerpo
Más allá de si influye directamente en el peso o no, desayunar seguido se ha relacionado con otros beneficios importantes para cómo funciona nuestro cuerpo. Algunos estudios sugieren que puede ayudar a que nuestro cuerpo use mejor la insulina y a bajar el riesgo de tener diabetes tipo 2 y problemas del corazón a largo plazo. Además, un desayuno saludable, con buena fibra, puede ayudar a tener mejor el colesterol y a que la digestión funcione mejor.
La calidad es más importante que la cantidad (o la obligación)
En los últimos años, los científicos han empezado a ver la importancia de desayunar de una manera más personal. En lugar de una regla para todos, se destaca que lo importante es qué comemos en el desayuno. Un desayuno nutritivo debería tener una mezcla de carbohidratos buenos (como los cereales integrales), proteínas (como huevos, lácteos o frutos secos) y grasas saludables (como el aguacate o el aceite de oliva), junto con frutas o verduras para la fibra, las vitaminas y los minerales.
Conclusión: un buen comienzo, hecho a tu medida
En resumen, lo realmente importante del desayuno es que nos da energía y nutrientes clave al empezar el día, lo que puede ser bueno para nuestra mente y para cómo funciona nuestro cuerpo. Aunque la idea de que es la «comida más importante» o que todos tenemos que desayunar no es tan tajante, empezar el día con alimentos nutritivos sigue siendo una buena idea para comer sano y vivir bien. Lo fundamental es escuchar a tu cuerpo, cuándo tienes hambre y cuándo estás lleno, y elegir un desayuno que te guste y se adapte a lo que necesitas, siempre pensando en comer cosas saludables.
Información adicional en: SaberVivirTv
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