La capacidad de la música para evocar recuerdos y despertar emociones es un fenómeno universalmente reconocido. Sin embargo, lo que antes era una observación anecdótica, ahora es objeto de un intenso estudio científico. Especialmente, en el contexto de la enfermedad de Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas
La Música como Llave de la Memoria | Imagen superior creada con Bing de Microsoft
La ciencia está investigando activamente los complejos mecanismos neuronales subyacentes a esta conexión entre la música y la memoria. Esto tiene el objetivo de convertirla en una herramienta terapéutica poderosa para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Mecanismos Neuronales: Cómo la Música Activa la Memoria
La investigación ha revelado que la música activa una red sorprendentemente amplia y diversa de áreas cerebrales. Muchas de ellas se relacionan con la memoria y la emoción. A menudo se mantienen relativamente preservadas, incluso en etapas avanzadas de la enfermedad de Alzheimer
Redes de Memoria Preservadas
A diferencia de la memoria episódica (recuerdos de eventos específicos) y la memoria semántica (conocimiento de hechos), que se ven gravemente afectadas en el Alzheimer, la memoria musical (capacidad de reconocer melodías o letras) y la memoria emocional (asociada a la música) a menudo permanecen intactas por más tiempo. Esto se debe a que el procesamiento musical no depende únicamente del hipocampo (la región clave para la formación de nuevas memorias episódicas), sino que involucra cortezas auditivas, áreas prefrontales, cerebelo y regiones límbicas (amígdala, hipocampo adyacente). Es decir, áreas cerebrales que procesan emociones y recuerdos autobiográficos asociados a la música.
Activación de Vías Emocionales
La música tiene una capacidad única para activar el sistema límbico. Este es el centro emocional del cerebro, que incluye la amígdala y el hipocampo. Cuando una canción evoca una emoción, se fortalecen las conexiones neuronales con los recuerdos asociados a esa emoción. En pacientes con Alzheimer, esta vía emocional puede ser una puerta de entrada a recuerdos que de otra manera serían inaccesibles. La dopamina, un neurotransmisor asociado al placer y la recompensa, también se libera con la música. Esto puede potenciar la formación y recuperación de recuerdos.
Conectividad Neural y Plasticidad Cerebral
La música compleja (melodía, ritmo, armonía) requiere que el cerebro procese información en múltiples dimensiones y active diversas redes neuronales de forma simultánea y coordinada. Esta actividad multifacética puede fomentar la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales. Para los pacientes con Alzheimer, esta estimulación multisensorial y multimodal podría ayudar a mantener o incluso a mejorar la conectividad entre las regiones cerebrales, compensando el daño neuronal.
Memoria Implícita y Memoria Procedural
Se cree que la música está fuertemente ligada a la memoria implícita o procedural. Esta es la memoria de cómo hacer cosas (como tocar un instrumento o cantar una canción) sin ser necesariamente consciente de ello. Esta memoria suele conservarse mejor en el Alzheimer. Las canciones aprendidas y cantadas repetidamente a lo largo de la vida pueden activarse más fácilmente porque forman parte de este sistema de memoria más robusto.

Aplicaciones Terapéuticas y Evidencia Científica
Las propiedades únicas de la música están siendo exploradas en diversas intervenciones terapéuticas para el Alzheimer y otras demencias:
- Musicoterapia: Es una disciplina clínica establecida que utiliza la música y sus elementos (ritmo, melodía, armonía) para lograr objetivos terapéuticos individualizados. En pacientes con Alzheimer, la musicoterapia puede:
- Mejorar la memoria: La exposición a música familiar, especialmente de su juventud, puede desencadenar recuerdos autobiográficos, ayudando a los pacientes a reconectar con su pasado y su identidad.
- Reducir la agitación y la ansiedad: La música relajante o preferida por el paciente puede tener un efecto calmante, disminuyendo comportamientos problemáticos y mejorando el estado de ánimo.
- Mejorar la comunicación y la interacción social: Cantar juntos o participar en actividades musicales puede fomentar la interacción entre pacientes y cuidadores, reduciendo el aislamiento.
- Estimular funciones cognitivas: La participación activa en la música (tocar un instrumento sencillo, seguir un ritmo) puede estimular la atención, la concentración y el procesamiento del lenguaje.
- Uso de listas de reproducción personalizadas: Programas como «Music & Memory» en Estados Unidos han demostrado que crear listas de reproducción de música personalizada, basada en las preferencias y el historial musical del individuo, puede tener un impacto significativo. Se ha observado que pacientes apáticos o agitados se vuelven más alertas, comprometidos y felices al escuchar su música favorita.
Evidencia científica
Múltiples estudios de neuroimagen funcional (como fMRI) han mostrado que, en personas con Alzheimer, regiones del cerebro asociadas con la memoria autobiográfica y la emoción (como la corteza prefrontal medial y el precúneo) se activan significativamente más cuando escuchan música familiar en comparación con música nueva o silencio. Además, se han reportado mejoras en el estado de ánimo, reducción de los síntomas conductuales y una mayor interacción social en pacientes expuestos a intervenciones musicales.

Si bien la música no es una cura para el Alzheimer, la ciencia avanza en la comprensión de sus mecanismos para consolidarla como una herramienta invaluable en el cuidado y la mejora de la calidad de vida. Especialmente, la de quienes viven con esta desafiante enfermedad. La investigación futura busca optimizar las intervenciones musicales y entender mejor las diferencias individuales en la respuesta a la música.
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