Para que los tratamientos de fertilidad sean correctos ante un problema reproductivo, deben también cuidar la esfera de las emociones y sentimientos

Los motivos para acudir a una unidad de reproducción asistida pueden ser variados; pero en este momento, todos han llegado a la conclusión de que necesitan ayuda médica. Esta experiencia, en mayor o menor medida, puede resultar un proceso psicológico doloroso. La atención hacia la persona que recurre a ello, debe ser integral e incluir también el cuidado de las emociones y los sentimientos.

La incapacidad para concebir de forma natural puede generar en las parejas estrés, ansiedad y en algunos casos, depresión. Todas las emociones pueden interferir y dificultar los resultados de los tratamientos.

Cada ciclo implica una carga emocional de esperanza, ilusión y alegría; pero cada fracaso, conlleva un sentimiento de pérdida de control, de sentirse fracasado y desesperanzado. La presencia de las emociones, su frecuencia e intensidad, está relacionado con el grado de tolerancia personal a la frustración y estrés crónico. No sueñes con la felicidad, haz feliz la realidad ¡Sé feliz con lo que tienes mientras persigues lo que deseas!

Para serles sincera, nunca me he sentido derrotada. Esto siempre lo he visto como una carrera de fondo; en la que he estado dispuesta a llegar a la meta, y triunfar. Solo es cuestión de tiempo.

Cuando te encuentras a las puertas del in vitro, ya has recorrido un duro camino, por lo que podríamos decir que entras en la recta final, aunque como toda buena carrera de fondo, esta es la etapa más intensa por la que toca pasar. Para mí, lo más duro de todo el proceso de varios tratamientos de fertilidad -que ya lleva casi 5 años- fue lograrlo; pero sin poder llegar al final.

En los tratamientos de fertilidad, el carrusel de las emociones es tal, que pasas del éxtasis de un positivo a la decepción de un «no hay latido»; y por más duro que se vea, hay que estar preparados.

Fui criada bajo el psicoterror de las mamás, de que puedes salir embarazada solo de verlo (¡ja, ja, ja!); así que yo imaginé que sería sencillo. Pero lo cierto es, que tras algunos intentos fallidos -en los que cada vez que la bajada del periodo era un drama- decidí, junto a mi esposo, buscar respuestas

Y en esa búsqueda de respuestas e intentos, durante al menos tres años, tampoco hubo resultados positivos en el test de embarazo: meses de estimulación ovárica, tres inseminaciones artificiales, descansos, volver a reunir el dinero para poder continuar, se vuelve un círculo vicioso. Hasta el temido momento; y digo temido, en mi caso, no por lo que había que hacer, sino por los costos que esto representaba; el que tu medico te diga «tenemos que ir a In Vitro».

Cuando llevas todo un mes tomando hormonas para ovular y llegan esos dos o tres días en los que te puedes quedar embarazada, sube muchísimo el estrés porque pueden pasar tantas cosas,  que tu esposo se enferme, o le surge un viaje de negocios o está apático totalmente, por mucho que luzcas tu ropa interior de los sábados por la noche. La tensión se palpa en el ambiente, provocando el efecto contrario al que necesitas y esto es totalmente normal y si pasa; no te pasa solo a ti, le pasa a todos, pero nadie lo habla.

Lo cierto es que cada etapa se va superando, se va volviendo más relajado cuando la pareja habla abiertamente. Realmente hemos puesto todo lo que está en nuestras manos; hemos vivido todas las etapas e incluso más y una a una las fui sufriendo mientras miraba el test de embarazo negativo. Sin embargo, mi cabeza y mi alma siempre me han dicho «quédate tranquila, ya llegará el momento, no te estreses».

¿Y cómo te sientes?

Pues en una montaña rusa. Había días en los que estaba en un encierro en mi misma cabeza abajo y con el aire contra la cara, es decir, muy sensible y nerviosa; y otros, en lo que estaba en la cima de la pendiente pensando «hoy es mi día, ¡vamos a por todas!».

Las hormonas no me afectaron mucho anímicamente. Mi médico siempre me dijo que experimentaría algunos cambios de humor, pero lo cierto es que no hubo más cambios de los que ya tenía normalmente, pero sé por amigas que esto no siempre es así.

El in vitro me dio una nueva esperanza. La ciencia suele triunfar en estos casos, en los que la naturaleza se relaja. El proceso es relativamente corto y sencillo. Más hormonas, más pinchazos, una pequeña intervención para extraer los óvulos, un proceso laborioso en el laboratorio, y por fin, el momento del implante.

emociones en los tratamientos de fertilidad
Foto Referencial

Laura BC de Burst

No hubo cena a la luz de las velas, ni baile de cortejo, fue en una camilla y en apenas media hora, pero tuve la oportunidad de ver en directo, a través de una ecografía, cómo depositaban a mis dos pequeñas vidas partes de nosotros con mucho cuidado en un rinconcito dentro de mí, algo que pocos tienen la fortuna de poder hacer.

Y luego vino la espera más larga que he vivido nunca. Quince días de malestar, pero sin certeza de nada, en un principio se le dio a mi malestar el nombre de «gastritis».

Quince días de incertidumbre, de esperanza, de miedo, de no saltar, no ponerme nerviosa, de reír de llorar, de gritar, de silencio… hasta que no pude más y cuatro días antes de tener que realizarme el test, acepté un test de embarazo de detección temprana, de una gran amiga y cómplice, mi comadre, la madrina de mi ángel en el cielo

Y lo que tanto había soñado llegó, el test decía embarazada. No sabes realmente qué hacer, si reír, si llorar, si brincar, esto era la verdadera montaña rusa.

Fueron 25 semanas de emociones y vaya que vividas al máximo y aunque no pudimos llegar al final, no me arrepiento de haber entregado mi alma entera a este embarazo. Y aquí voy con ustedes, a veces me toca oír a muchas mujeres que dicen: «no me voy a ilusionar porque no sé si va a funcionar», y desde mi punto de vista esto es un gran error, la verdad no podemos controlar lo que sucederá pero sí cómo vivirlo y con mi pérdida aprendí que no hay nada mejor que vivir el hoy pues el mañana es incierto.

Creo que me hubiera arrepentido infinitamente si no hubiera disfrutado a mi hija el tiempo que nos acompañó en este plano, te invito a soñar sin miedo porque si te tropiezas, será menos doloroso disfrutando lo vivido que privándote de sentir.

Todos los tratamientos requieren su tiempo y en general, tienen repercusiones físicas y psicológicas en la mujer, que nos afectarán en mayor o menor grado, que tendrán también sus consecuencias en nuestras parejas. La influencia de este tipo de tratamientos es diversa, pues con el fin de lograr el embarazo suelen tomarse medicamentos, principalmente hormonas, que pueden afectar a nivel físico y facilitar la aparición de sintomatología psíquica

Durante este período es muy importante para nosotras las mujeres, la respuesta emocional que pueda manifestar nuestra pareja hacia nosotras, pues experimentaremos cambios somáticos, emocionales y conductuales. Debido a esto, es fundamental, sentirnos comprendidas en esos momentos.

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Como también valoraremos la muestra de actitudes empáticas y afectivas ante nuestro malestar, cambios de humor e irritabilidad. Si nuestra pareja se muestra cariñosa y comprensiva, facilitará que la relación entre ambos no resulte dañada como consecuencia de los cambios emocionales derivados de los tratamientos.

Debido a esto durante la realización de los tratamientos, es bueno practicar una serie de técnicas y ejercicios que facilitarán una mejor comunicación en la relación de pareja, mayor sensación de bienestar y favorecerá la resolución de situaciones conflictivas entre ambos.

Fomento de la comunicación a través de la empatía, la escucha activa y la asertividad en la pareja.

  • La empatía es una variable de personalidad que influye positivamente en la comunicación, mejorándola. Consistiría en la capacidad que uno tiene, para ponerse en el lugar del otro, con el objeto de comprender mejor lo piensa y siente, además expresárselo. Así que, en esta situación, sería fundamental que la pareja pudiera utilizar la empatía para entender mejor lo que están pensando y sintiendo mutuamente. Esto hará que la relación entre los dos sea más cercana y además se sentirán comprendidos.
«Entiendo lo que te pasa…», «comprendo lo que te está pasando…», «yo en tu lugar me sentiría igual de impaciente…».
  • La escucha activa es otra técnica que fomenta la comunicación. Consistiría en que, al establecer un diálogo, el receptor muestre atención y adopte una actitud de interés hacia lo que expresa el emisor. La comunicación no verbal tiene aquí un papel relevante, a través de los gestos y del contacto visual. Si la pareja se siente escuchada, se sentirán internamente mejor y se percibirán más unidos. Cuando se presta atención hacia lo que el otro dice, se le trasmite que, éste es una persona importante para el receptor, incidiendo positivamente en el refuerzo de su autoestima.
  • La comunicación asertiva consistiría en poder expresar a la pareja lo que uno piensa y siente de manera clara, positiva, segura y principalmente, sin hostilidad. El objetivo es que cada uno pueda manifestar sus emociones y pensamientos tanto positivos como negativos hacia el otro. Esta forma de actuar, expresando lo que se quiere cambiar tanto de sí mismo como del otro posibilita la resolución de conflictos. Por lo que, se tenderá más a poder resolverlos a través de la negociación y la generación de acuerdos. Por otro lado, la asertividad facilita poder realizar peticiones sobre lo que uno necesita. Ser asertivos mejorará la relación de pareja.

Es importante hacer una reflexión interna sobre las expectativas creadas sobre la maternidad/paternidad en el proyecto de vida individual de cada uno. Es decir, evaluar si ha existido alguna modificación tras conocer su infertilidad, valorando la respuesta emocional que haya podido surgir ante esta nueva situación. El desajuste de expectativas genera desestabilidad emocional, las emociones que suelen aparecer son decepción, frustración y rabia

Este ejercicio consistiría en poder adecuar las expectativas sobre la maternidad/paternidad a la situación real de infertilidad que están viviendo. Así que sería importante que, tras reflexionar cada uno sobre diferentes aspectos, compartieran los pensamientos y las emociones.

Cuanto mayor nivel de comunicación y sinceridad exista tendrán mayor capacidad para afrontar la nueva situación y sobreponerse a las situaciones adversas. Además, la relación de pareja será más sólida y estarán más unidos para iniciar de forma más madura y esperanzadora, un tratamiento de fertilidad.

Si es tu caso y estás montada en esta montaña rusa de emociones te animo con todas mis fuerzas a no desesperar, porque si algún pensamiento ayuda durante todo el proceso es el de creer que sí es posible, decirte siempre: «¡sí voy a quedar embarazada!, no sé cuándo… Solo es cuestión de tener paciencia». Recuerda que tengo un espacio para estar siempre en contacto contigo cuando me necesites a través de @mipropositocreandovida y @yuraimamedinave en Instagram.

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