En el camino hacia el bienestar emocional, establecer límites saludables se erige como una habilidad crucial. Muchas veces, por complacer a otros o por temor al conflicto, permitimos que nuestras necesidades queden relegadas. Sin embargo, la incapacidad de poner límites puede generar estrés, resentimiento y afectar negativamente nuestra salud mental.
La terapeuta familiar Geraldine Lange nos explica la importancia de definir y comunicar nuestros límites en las relaciones interpersonales. Al igual que las fronteras geográficas definen territorios, estos establecen las normas de interacción y protegen nuestro bienestar. Aprender a ser asertivos y a priorizar nuestras necesidades es un acto de autocuidado esencial.

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¿Qué Son los Límites y Por Qué Cuestan Tanto?
Los límites son las normas que establecemos para definir lo que está permitido y lo que no en nuestras interacciones con los demás. Nos indican hasta dónde estamos dispuestos a ceder y qué necesitamos para sentirnos respetados y seguros. Sin embargo, comunicarlos puede resultar difícil por diversas razones:
- Falta de autoconocimiento: Si no identificamos nuestras propias necesidades, difícilmente podremos comunicarlas.
- Modelos de crianza: Crecer en entornos donde se prioriza complacer a otros puede internalizar la idea de que nuestras necesidades son secundarias.
- Temor al rechazo: El miedo a la reacción de los demás puede paralizarnos y evitar que expresemos nuestros límites.
La Asertividad como Herramienta
La asertividad es la clave para comunicar nuestros límites de manera efectiva y respetuosa. Implica expresar nuestras necesidades y opiniones de forma clara y directa, sin agresividad ni pasividad. Al ser asertivos, defendemos nuestros derechos sin vulnerar los de los demás, fomentando relaciones más honestas y equilibradas.
Preguntas Clave para Identificar tus Límites
Geraldine Lange propone una serie de preguntas para ayudarte a identificar tus límites en diferentes áreas:
- Personales: ¿Quién toma las decisiones por ti? ¿Qué permites o no en tu vida?
- Emocionales: ¿Cómo te haces cargo de tus emociones? ¿Cuánto te afectan las opiniones de los demás?
- Físicos: ¿Cómo permites el contacto físico? ¿Respetas tu espacio personal?
- Materiales: ¿Cómo cuidas tus pertenencias y espacios íntimos?
Responder honestamente a estas preguntas te permitirá tomar conciencia de tus necesidades y comenzar a establecer límites saludables.
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Conclusión:
Poner límites no es un acto de egoísmo, sino una forma esencial de autocuidado y respeto hacia uno mismo. Al comunicar nuestras necesidades de manera asertiva, fomentamos relaciones más saludables y protegemos nuestra salud mental y bienestar emocional.

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