El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo, pero si se detecta a tiempo, puede ser curable. Se origina en los melanocitos, células que producen melanina, el pigmento que da color a la piel.

melanoma

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¿Cómo se desarrolla?

La exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de las camas solares es el principal factor de riesgo para el melanoma. La radiación UV daña el ADN de los melanocitos, lo que puede provocar mutaciones y un crecimiento descontrolado de las células.

Síntomas a los que prestar atención:

  • Cambios en lunares o manchas existentes: Asimetría, bordes irregulares, variaciones de color o tamaño, crecimiento o sangrado.
  • Aparición de nuevas lesiones: Lunares o manchas de aspecto extraño, que crecen rápidamente o cambian de color.
  • Cualquier lesión de la piel que te parezca inusual o preocupante.

Detecta el melanoma: autoexamen de la piel:

Realizar un autoexamen de la piel con regularidad es fundamental para la detección temprana del melanoma. Busca lunares o manchas nuevas o cambiantes, y presta atención a cualquier área que te parezca inusual.

Diagnóstico:

Si detectas alguna anomalía en tu piel, consulta a un dermatólogo de inmediato. El médico examinará tu piel y, si es necesario, realizará una biopsia para extraer una muestra de la lesión y analizarla en un laboratorio.

Tratamiento:

El tratamiento del melanoma depende de la etapa del cáncer y de otros factores. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Cirugía: Extirpar el melanoma y un margen de piel sana alrededor del mismo.
  • Quimioterapia: Medicamentos que destruyen las células cancerosas.
  • Inmunoterapia: Fármacos que estimulan el sistema inmunológico para combatir el cáncer.
  • Terapia dirigida: Medicamentos que atacan las características específicas de las células cancerosas.

Lea: Tratamiento del melanoma con nueva combinación de fármacos

Prevención:

La mejor manera de prevenir el melanoma es limitar la exposición a la radiación UV.

  • Protege tu piel del sol: Usa protector solar de amplio espectro con un FPS de 30 o más todos los días, incluso en días nublados.
  • Busca la sombra: Evita el sol durante las horas pico (entre las 10 a. m. y las 4 p. m.).
  • Cubre tu piel: Usa ropa protectora, como camisas de manga larga y sombreros de ala ancha, cuando estés al aire libre.
  • Evita las camas solares: Las camas solares emiten radiación UV y aumentan el riesgo de melanoma.

El melanoma es un cáncer grave, pero si se detecta a tiempo, las posibilidades de curación son altas. Presta atención a tu piel, realiza autoexámenes con regularidad y consulta a un dermatólogo si detectas alguna anomalía.

Recuerda que diagnóstico y tratamiento tempranos son claves para el éxito del tratamiento del melanoma. Si tienes algún factor de riesgo de melanoma, es importante que te hagas controles regulares con un dermatólogo. La detección temprana del melanoma puede salvar vidas.