Existe una creciente evidencia que sugiere que nuestra alimentación juega un papel crucial en el riesgo de desarrollar demencia, Alzheimer y deterioro cognitivo a medida que envejecemos. La buena noticia es que no estamos indefensos ante esta amenaza

La investigación científica apunta a que un patrón dietético específico, conocido como la Dieta MIND (del inglés Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay, o «Intervención de Dieta Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo»), podría ser clave para mantener el cerebro fuerte y reducir significativamente el riesgo de demencia. Imagen superior de Shelley Evans en Pixabay.

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Imagen de Shelley Evans en Pixabay

¿Qué es la Dieta MIND y Cómo Funciona?

La Dieta MIND fue desarrollada por investigadores de la Universidad Rush y la Universidad de Harvard. En general, es un híbrido de dos de las dietas más saludables del mundo: la Dieta Mediterránea y la Dieta DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión). Su objetivo no es la pérdida de peso, sino específicamente la salud cerebral y la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

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La filosofía de la Dieta MIND se centra en consumir alimentos que han demostrado proteger el cerebro y limitar aquellos que pueden dañarlo. En general, se basa en 15 componentes dietéticos, divididos en 10 grupos de alimentos «saludables para el cerebro» y 5 grupos de alimentos «no saludables para el cerebro» que deben limitarse.

10 Grupos de Alimentos «Saludables para el Cerebro» (a priorizar):

  1. Vegetales de hojas verdes: Al menos seis porciones a la semana (espinacas, col rizada, acelgas, lechuga romana). Son ricos en vitamina E, carotenoides y flavonoides.
  2. Otros vegetales: Al menos una porción diaria (cualquier otro vegetal, especialmente los coloridos).
  3. Bayas: Al menos dos porciones a la semana (arándanos, fresas, frambuesas). Son las únicas frutas destacadas por su alto contenido de flavonoides y antocianinas, que cruzan la barrera hematoencefálica.
  4. Frutos secos: Cinco porciones a la semana. Especialmente nueces, ricas en omega-3 y antioxidantes.
  5. Aceite de oliva: Usarlo como la principal grasa de cocción.
  6. Granos integrales: Al menos tres porciones al día (avena, arroz integral, quinoa, pan integral).
  7. Pescado: Al menos una porción a la semana (especialmente pescado graso como salmón, sardinas, trucha, atún). Alto en omega-3.
  8. Legumbres: Al menos cuatro porciones a la semana (lentejas, frijoles, garbanzos).
  9. Aves de corral: Dos porciones a la semana (pollo, pavo, sin piel).
  10. Vino: Una copa al día (opcional y con moderación).

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5 Grupos de Alimentos «No Saludables para el Cerebro» (a limitar):

  1. Carnes rojas: Menos de cuatro porciones a la semana.
  2. Mantequilla y margarina: Menos de una cucharada al día.
  3. Queso: Menos de una porción a la semana.
  4. Frituras y comida rápida: Menos de una porción a la semana.
  5. Pasteles y dulces: Menos de cinco porciones a la semana.

La Evidencia Científica y el Impacto en la Salud Cerebral

Múltiples estudios observacionales han investigado los efectos de la Dieta MIND:

  • Reducción del Riesgo de Alzheimer: Investigaciones originales mostraron que las personas que seguían la Dieta MIND de forma rigurosa tenían un riesgo de Alzheimer reducido en un 53%. Incluso quienes la seguían moderadamente presentaban una reducción del riesgo del 35%.
  • Retraso del Deterioro Cognitivo: Se ha observado que esta dieta no solo reduce el riesgo de Alzheimer, sino que también ralentiza el deterioro cognitivo general en adultos mayores, equivalente a rejuvenecer el cerebro hasta 7.5 años.
  • Beneficios Acumulativos: Los beneficios de la Dieta MIND no dependen de una adherencia perfecta. Incluso la adherencia moderada ofrece protección. Además, sus efectos parecen ser acumulativos; cuanto más tiempo se siga, mayores pueden ser los beneficios.

La razón de su eficacia radica en la sinergia de sus componentes. Los alimentos priorizados son ricos en antioxidantes, vitaminas (E, K), folato, carotenoides, flavonoides y ácidos grasos omega-3, todos nutrientes cruciales para la función cerebral, la reducción de la inflamación y la protección contra el estrés oxidativo. Al limitar los alimentos ultraprocesados y grasas saturadas, se reduce la inflamación y el daño a los vasos sanguíneos que pueden afectar el cerebro.

Un Enfoque Práctico para un Cerebro Sano

La Dieta MIND no es una dieta restrictiva en el sentido tradicional, sino un patrón alimentario que puede ser adoptado a largo plazo. Sus recomendaciones son flexibles y se centran en incorporar alimentos beneficiosos en lugar de prohibir estrictamente otros. En general, es una estrategia prometedora y accesible para cualquier persona interesada en proteger su salud cerebral y reducir el riesgo de demencia a medida que envejece.

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