Las orugas procesionarias no solamente son una plaga, además de un problema forestal. Los humanos están expuestos a sufrir afecciones al entrar en contacto con los pelos urticantes que recubren a este invertebrado, además, se pueden desprender y flotar en el aire.

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Esta oruga causa dermatitis irritativa, alteraciones naso oculares y problemas respiratorios, que pueden afectar mayormente a personas alérgicas, que desarrollan cuadros más severos.

Los expertos señalan que lo importante es conocer el problema; se ha extendido por toda España, prácticamente, refiere el experto Juan Jurado, quien recuerda que las orugas siempre están, pero en primavera son más vistas.

orugas
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Su ciclo biológico está condicionado por el clima; los adultos se convierten en mariposas, que se aparean en verano y depositan sus huevas en los pinos. Pasan por cinco estados larvarios, en primavera bajan al suelo, se entierran y hacen una crisálida.

Peligros de las orugas

A partir del tercer estado de larva, comienzan a salir los pelos urticantes, que son una especie de anzuelos que se enganchan, pegándose a la piel y ropa. Además, liberan una toxina con capacidad urticante. Este es un mecanismo de defensa en contra de los pájaros, que buscan su cabeza, que es su punto más débil.

La dermatitis irritativa es una de las reacciones más frecuentes; pica, causa lesiones rojizas, elevadas, con vesículas y de manera errática. Además, puede conducir a una conjuntivitis, pero puede surgir un cuadro más severo, como la inflamación de la córnea.

En la primavera, las personas deben ser precavidas y vigilar, sobre todo, a los niños, que son las principales víctimas de este animal. No se debe tocar a la oruga, ni usar sus nidos como juego. Tampoco sacudir las ramas, porque su efecto es similar a poner un secador en los pelos urticantes.

Para actuar rápidamente ante una picada, se debe aplicar frío local, con compresas húmedas y directamente al agua, pero sin frotar para no irritar la piel.

Fuente: CuidatePlus

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