La pérdida de audición es una disminución en su capacidad para oír o comprender el habla y los sonidos a su alrededor. Puede suceder una vez que cualquier parte del oído o los nervios que llevan la información acerca de los sonidos a su cerebro no funcionan de la forma usual.

En algunas ocasiones, la pérdida de audición podría ser temporal. No obstante, puede volverse persistente una vez que piezas vitales del oído se han dañado más allá de la reparación.

Cada día, experimentamos ruido en nuestro alrededor, como los sonidos de la televisión y la radio, los electrodomésticos y el tráfico. Comúnmente, dichos sonidos permanecen en niveles seguros que no perjudican nuestra audición.

Sin embargo, los sonidos tienen la posibilidad de ser nocivos una vez que son bastante fuertes, inclusive por un breve tiempo, o cuando son fuertes y duraderos. Dichos sonidos tienen la posibilidad de perjudicar estructuras susceptibles en el oído interno y provocar pérdida de audición inducida por el sonido (NIHL, sus siglas en inglés).

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¿Quiénes se ven más afectados?

La exposición al sonido perjudicial puede suceder a cualquier edad. Individuos de todas edades, integrados por niños, adolescentes, adultos jóvenes e individuos más grandes, tienen la posibilidad de desarrollar NIHL.

Según un análisis que ha incluido pruebas de audición y entrevistas con los participantes, por lo menos 10 millones de adultos menores de 70 años, y quizás hasta 40 millones de adultos, poseen propiedades en su prueba auditiva que sugieren pérdida de audición en uno o los dos oídos por exposición a ruidos fuertes.

Investigadores además estiman que el 17% de los jóvenes (de 12 a 19 años) poseen propiedades en su prueba de audición que sugieren NIHL en uno o los dos oídos; todo según datos de 2005-2006.

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¿Qué causa NIHL?

NIHL podría ser provocado por una exposición a un ruido de «impulso» profundo, como una explosión, o por la exposición continua a sonidos fuertes a lo largo de un lapso prolongado de tiempo, como el sonido creado en un taller de carpintería.

Las ocupaciones recreativas que tienen la posibilidad de ponerlo en peligro de NIHL integran:

  • Tiro al blanco y caza
  • Montar en motocicleta de nieve
  • Oír reproductores de MP3 a elevado volumen por medio de auriculares
  • Pertenecer a una banda y asistir a conciertos ruidosos

Los ruidos nocivos en casa tienen la posibilidad de provenir de fuentes como:

  • Cortadoras de césped
  • Sopladores de hojas
  • Herramientas de carpintería.

El ruido se mide en unidades denominadas decibelios. Es poco posible que los sonidos equivalentes o inferiores a 70 decibelios ponderados A (dBA), inclusive luego de una exposición prolongada, ocasionen pérdida de audición.

No obstante, la exposición prolongada o repetida a sonidos de 85 dBA o más puede provocar pérdida de audición. Cuanto más intenso sea el ruido, más rápido sufrirá de NIHL.

Aquí permanecen las calificaciones promedio de decibelios de ciertos sonidos comunes:

  • Conversación: Normal 60-70 dBA
  • Sala de cine: 74-104 dBA
  • Motos y motos de cross: 80-110 dBA
  • Melodía por medio de auriculares a volumen más alto, eventos deportivos y conciertos: 94-110 dBA
  • Sirenas: 110-129 dBA
  • Espectáculo de fuegos artificiales: 140-160 dBA

Su distancia de la fuente del ruido y la cantidad de tiempo que está expuesto al ruido además son componentes relevantes para cuidar su audición.

Una buena regla general es, evitar los ruidos que son bastante fuertes, bastante cercanos o que duran bastante tiempo.

Fuente: webconsultas

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