Algunas personas necesitan plantillas blandas para así mejorar sus pisadas o corregir los problemas que se han venido apareciendo en sus pies, que pueden ser útiles para aliviar el dolor, prevenir lesiones y cuidarlos de patologías futuras.

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Las plantillas se han convertido en una de las mejores herramientas médico-ortopédicas dentro de la rama de la podología. Más allá de las genéricas, si existe algún problema para tratar, lo mejor es acudir a un podólogo.

Al fin y al cabo, estas plantillas son el mejor tratamiento para los pies que necesitan ayuda. Son los únicos, los podólogos, los que pueden emitir un diagnóstico fiable de tu problema, así como quienes pueden prescribir cualquier tratamiento.

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Imagen: Racool_studio – www.freepik.es

Diferencias entre las plantillas

Ante una dolencia leve, a la que no le damos importancia, muchas personas buscan comprar una prefabricada para evitar una visita médica. La principal diferencia entre ambos formatos es que las genéricas se fabrican en base a un modelo estándar, pero no hay dos pies iguales, por lo que no se ajustarán al problema.

Lo más habitual es que estas plantillas sean un remedio para descansar el pie y no para corregir la lesión, sin embargo, las personalizadas siguen exactamente las instrucciones de un podólogo colegiado, para así adaptarse a la pisada y la patología del paciente

Además, las personas deben ser conscientes del tipo de fabricación de cada una de ellas. Acudir a un podólogo es lo más conveniente cuando existe una dolencia que tratar, por lo que los especialistas determinarán cuál lesión tenemos y cómo podemos corregirla.

Recuerda que solo un experto es el que podrá darte un diagnóstico adecuado, así como el tratamiento indicado para algún problema en específico. Automedicarse siempre estará mal, sobre todo en un tema tan delicado como los pies.

Fuente: Noticias en Salud

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