¿Qué son los Probióticos y Por Qué Son Importantes para la Infancia?
Probióticos para Niños | Imágenes creadas con la IA de Google AI Studio
Los probióticos son microorganismos vivos (principalmente bacterias y levaduras) que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Así, en el caso de los niños, estos organismos ayudan a equilibrar la microbiota intestinal (flora intestinal), que es el conjunto de microorganismos que viven en el tracto digestivo.
A continuación, conoce los sectores de la biología humana donde una microbiota saludable es crucial:
- Digestión y Absorción de Nutrientes: Ayuda a descomponer los alimentos y asimilar vitaminas.
- Función Inmunológica: El intestino alberga aproximadamente el 70% de las células inmunitarias del cuerpo. Una flora equilibrada es vital para desarrollar y modular la respuesta inmune.
- Protección contra Patógenos: Compiten con las bacterias dañinas, evitando que se adhieran y colonicen el intestino.
El equilibrio de la flora intestinal de un niño puede verse alterado por factores como el uso de antibióticos, enfermedades gastrointestinales (como la diarrea), estrés o cambios en la dieta. La administración de probióticos ayuda a restaurar este equilibrio.
Cuándo y Cómo Deben Tomar Probióticos los Niños
En general, la forma y el momento de tomar probióticos son clave para asegurar su eficacia y su supervivencia a través del sistema digestivo ácido.
1. Cuándo Tomarlos (Indicaciones Comunes)
| Situación | Razón Principal |
| Durante y Después de Antibióticos | Los antibióticos destruyen tanto las bacterias malas como las buenas. Así, tomar probióticos ayuda a reponer rápidamente la flora beneficiosa y a prevenir la diarrea asociada a antibióticos. |
| Episodios de Diarrea Aguda | Ayudan a reducir la duración y la gravedad de la diarrea infecciosa o viral, al restablecer la barrera intestinal. |
| Cólicos y Gases (Lactantes) | Ciertas cepas probióticas han demostrado ser efectivas para reducir el llanto y la irritabilidad asociados a los cólicos. |
| Trastornos Digestivos Crónicos | Bajo indicación médica, pueden ayudar a manejar síntomas de síndrome del intestino irritable (SII) o inflamación intestinal. |
| Prevención | En casos de alta exposición a guarderías o para niños con sistemas inmunes sensibles, pueden usarse de forma preventiva, según la recomendación del pediatra. |
2. Cómo y Dosis (Formato y Administración)
Los probióticos vienen en diversas presentaciones aptas para niños, y la dosis depende de la cepa y el número de colonias (UFC):
- Gotas: Ideales para bebés y lactantes. Se pueden administrar directamente en la boca o mezclarse con leche materna o fórmula (siempre a temperatura ambiente).
- Polvo/Sobres: Se pueden mezclar con alimentos fríos (yogur, puré de fruta, agua) o líquidos a temperatura ambiente. Nunca deben mezclarse con alimentos o líquidos calientes, ya que el calor destruye los microorganismos vivos.
- Cápsulas/Comprimidos Masticables: Más adecuados para niños mayores que pueden tragar o masticar de forma segura.
- Recomendación de Horario: La mayoría de los expertos sugieren tomar los probióticos con las comidas o justo antes de ellas. La presencia de alimentos ayuda a neutralizar parcialmente el ácido estomacal, permitiendo que un mayor número de microorganismos llegue vivo al intestino.

Cepas Específicas: No Todos Son Iguales
La efectividad de un probiótico reside en la cepa específica. Las más estudiadas y comunes para niños incluyen:
- Lactobacillus rhamnosus GG (LGG): Una de las cepas más recomendadas para la prevención y el tratamiento de la diarrea (especialmente la asociada a antibióticos y gastroenteritis viral).
- Bifidobacterium lactis: Comúnmente utilizada para el manejo del estreñimiento, la salud inmunológica y en fórmulas infantiles.
- Saccharomyces boulardii: Es una levadura que a menudo se usa para tratar la diarrea aguda, ya que es resistente a los antibióticos y puede tomarse simultáneamente con ellos.
Advertencia y Supervisión Médica
Aunque los probióticos son generalmente seguros, es fundamental consultar siempre con el pediatra antes de iniciar cualquier suplementación en niños. El médico podrá:
- Determinar la necesidad real del probiótico.
- Recomendar la cepa y la dosis adecuada según la condición específica del niño.
- Descartar condiciones subyacentes más serias.
La suplementación adecuada, junto con una dieta rica en prebióticos (fibra que alimenta a los probióticos, presente en frutas y verduras), es la mejor estrategia para asegurar la salud digestiva y el bienestar general de los niños.
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