Lo líderes autoritarios no han cesado de aparecer a lo largo de la historia humana. Hoy con la invasión de Rusia a Ukrania, conviene reflexionar sobre la relación estrecha que puede haber entre el poder y la psicopatía. Y es que desde los tiempos de la Grecia clásica podemos observar en su literatura la figura de reyes que se vuelven tiranos y hasta locos, apenas tocan el poder.
El Dr. Luis Madrid, quien es Psiquiatra y Psicoterapeuta, apunta que cuando la figura de un líder tiene a su disposición una serie de recursos que lo hacen poderoso, pueden darse la combinación poder y psicopatía, «una combinación bastante letal», que en el caso de Rusia se traduce en «la combinación de un poder que está ejerciendo una personas; un poder fáctico que tiene, con armamentos, y una población [militar] que está desplegada con él; pero a la vez estamos viendo la falta de empatía, con el resto del mundo».
La psicopatía está en casi todos los líderes autoritarios
Refiere Madrid, que las ansías de grandeza es un rasgo casi definitorio de los líderes autoritarios «está muy bien estudiado en personajes emblemáticos, como Stalin, Hitler, que fue un caso particular, muy emblemático». Agrega que estos perfiles se «acercan a un trastorno de la personalidad, que tiene que ver con los narcicistas,e incluso histriónicos». Indica este psiquiatra venezolano que «en el caso de las pesonas psicopáticas son personas que son transgresoras, no son empáticos y pueden llegar a hacer daño».
Indica Madrid que habrá casos en que el «narcisismo puede llegar a un extremo de convertirse en una paranoia, a tener una apreciación de sí mismo y de sus ideas, de tipo megalomaníaca», en la medida en que se da «una sobrevaloración de sí mismo, que puede llegar a ser delirante».
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Los líderes autoritarios, con rasgos psicopáticos, indica el Dr. Madrid, tienen algo característico en sus historias de vida. «Vienen de muy abajo, de mucho abandono, mucho maltrato. Han sufrido «descalificación por parte de personas que representan autoridad y poder, durante la infancia o la juventud». Todo esto los vuelve resentidos, a la vez que paranóicos.
No obstante, añade el especialista que estos perfiles desarrollan un tipo de liderazgo carismático. Desde donde parecen mostrar identificación y empatía por las necesidades de los demás. Pero en realidad, «en el fondo está interesado es en resolver sus propios problemas de ego; de sentimientos de autoestima baja, que se ocultan en un poder inconmesurado».
Enfatiza Madrid, que el personaje psicopático, a lo Putín, necesita «crear un enemigo para combatirlo. Precisamente por su delirio panoide, que lo coloca como posible víctima del acoso de otras personas». Así, el Dr. concluye, en que, las relaciones humanas primarias en Putin no existieron, porque experimentó el abandono muy temprano, determinando así su falta de relación con lo humano y «empatizar».
Fuente: A tu salud
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