Esperar a fechas señaladas, o generar expectativas para cuidar la relación forma y el sexo parte del día a día de las parejas, que incluso llegan a disfrazarse para mantener viva la llama, y el amor dentro de la cama.
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Por ejemplo, en febrero, el mes del amor, los expertos consideran que los disfraces ayudan a reavivar la pasión en las parejas. Muchos disfraces, incluso, gozan de connotaciones eróticas, desde los populares e icónicos de enfermera, como los de peluches o «colegiala».
Por otro lado, los expertos indican que cualquier objeto no está erotizado, no se asociará con la excitación y tendrá un significado distinto. De hecho, escoger mal el disfraz puede generar una situación tensa e incómoda, ya que las personas esperaban excitarse.
Sobre el juego de roles, para fomentar el deseo, señalan que hay personas que les encanta fingir un rol distinto, que no se darían siendo ellas mismas. Por lo tanto, esto viene siendo una nueva forma de relacionarse sexualmente.
La lencería, por ejemplo, es usada como un arma plena de seducción; depende de la preferencia de la persona, así como el deseo en el sexo. Para los expertos, se debe buscar el equilibrio y conocer las propias necesidades del otro, para así llegar al punto del clímax
Los sexólogos señalan que los sentidos, por ejemplo, suelen estar erotizados en función de la persona. Los hombre son más visuales, mientras las mujeres más imaginativas, por lo que desarrollan otros sentidos, como el tacto.
El erotismo, de lo que hablamos en este post, proviene del griego eros, cuyo significado viene siendo placer o deseo. El dios griego Eros era el responsable de la atracción sexual, según la mitología histórica. Se refiere a la forma de actuar, sentir, comunicar, dar y recibir.
