Los científicos califican los tics como movimientos involuntarios, que aparecen en la niñez y alarman a los padres; además, responden a una disfunción neurobiológica que cambia la forma, frecuencia e intensidad y están relacionados con el medio y el contexto donde se desencadenan.

En su mayoría, los tics son benignos y transitorios; además, desaparecen antes de un año. Otros son crónicos y se mantienen con la edad adulta, pero siguen siendo inofensivos.

Otros tics se cronifican a la vez que van cambiando su localización anatómica; así como el número, frecuencia, complejidad y tipo con que aparecen. Casos graves, pero minoritarios, pueden interferir en la vida familiar, social y escolar del paciente.

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Estos requerirían atención médica especializada; ya que pueden asociarse a los trastornos como el obsesivo compulsivo, el de déficit de atención e hiperactividad, entre otros. La complejidad de estas alteraciones se puede relacionar con el síndrome de Tourette; cuyos síntomas implican la coexistencia de, al menos, dos tics motores y uno fónico, que cambia a lo largo del tiempo.

Los padres comienzan a preocuparse cuando el hijo o hija debuta con un tic, sin saber si podrá o no curarse. Aún no existen tratamientos que los erradiquen; pero se aumenta el conocimiento sobre las alteraciones neuroquímicas y neurofisiológicas que los provocan. Actualmente se estudian nuevas terapias farmacológicas, útiles para suavizar los síntomas.

Aunque se desconozcan los mecanismos cerebrales que intervienen en estos tics, no se sabe muy bien por qué suceden los primarios.

Hay otros tics cuyo origen sí se conoce, ya que aparecen a causa de las enfermedades degenerativas que pueda implicar algún trastorno en el paciente.

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Tipos de tics

Los tics pueden agruparse según sus características clínicas o pueden ser fónicos o vocales.

  • Tics motores simples: afectan la nariz, ojos, lengua, cara, boca, cuello, hombros, manos y brazos.
  • Fónicos simples: sorber la nariz, carraspear o aclararse la garganta, chillar, gritar, gruñir, rechinar dientes, bufar, soplar, toser, chasquear lengua, gemir y eructar.
  • Tics Motores complejos: tocar a otras personas, palpar, tirar, morder, girar sobre un pie, saltar, patear, oler objetos, tocarse, escupir; asustarse con exageración, agacharse, hacer gestos, tocarse los genitales o imitar gestos.
  • Tics fónicos complejos: emitir insultos, obscenidades, repetir sonidos, palabras, tartamudear, tararear o imitar ruidos de animales.

Con información de: CuídatePlus

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