Cuando el amor hacia los animales se manifiesta por acumular muchos de ellos, podemos estar frente al síndrome de Noé. Una conducta compulsiva que se esconde detrás de lo que a primera vista parece un gesto noble de protección animal.

Los acumuladores de animales son vistos desde la mirada médica como pacientes psiquiátricos, ya que no controlan el deseo de acumular animalitos bajo su propio techo. La doctora Nelissa de Pol, psiquiatra de Centro Médico Docente, nos explica en qué consiste esta patología, sus riesgos y qué relación tiene con el síndrome de Diógenes.

¿Qué es el síndrome de Noé?

Señala la experta que este síndrome es una «variante del síndrome de Noé». Explica que la principal característica es la «compulsión a acumular y a tener animales domésticos en su casa, principalmente perros y gatos».

«Es un trastorno psiquiátrico porque siempre se va a presentar en el contexto de ciertas patologías mentales, como por ejemplo, cuadro psicótico, cuadros depresivos, en el trastorno obsesivo compulsivo, con la que guarda mucha relación»

Imagen de Gianni Crestani en Pixabay

Enfatiza De Pol que esta patología mental puede tener consecuencias médicas para el paciente, debido a las condiciones de insalubridad en las que se encuentra por la acumulación de animales, que también afectarán a todo su entorno en el corto plazo.

Señales de alerta

Indica esta psiquiatra venezolana que las personas con síndrome de Noé manifiestan sus primeras señales por la cantidad de animales que acumulan; pero que esta puede ser variable. Pues la señal de alerta de este trastorno mental es, ante todo, la acumulación de mascotas en un contexto de insalubridad evidente.

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Esta enfermedad mental, que sería una variante del síndrome de Diógenes, imposibilita al paciente de cuidar a los animales. Ya que por la propia disfunción cognitiva más que cuidar a los animales los perjudica.

Tratamiento del síndrome de Noé

El apoyo del entorno familiar es fundamental. Explica De Pol que hay casos en que el mismo paciente pide ayuda para curarse. Pero lo aconsejable es que las personas con el síndrome de Noé vayan consulten un psiquiatra. Lo que permitirá diagnosticar si hay otras comorbilidades que está «provocando esa conducta compulsiva a acumular los animales», concluye la experta.

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