Las nuevas investigaciones sobre terapias génicas contra el cáncer sugieren que se podrá reducir el riesgo de las mutaciones genéticas no deseadas, que empeoran la enfermedad.

Pues, un experimento explicó cómo las transposones (un tipo de gen) desarrollan sus capacidades adaptativas en aquellas células que requieren ser mejoradas.

Un estudio ha analizado qué es lo que hace que los genes saltarines empleados en una terapia génica, logren tener mayor adaptación. Y esto era un conocimiento que no se tenía tan claro, hasta hoy; y que suma a la creación de terapias menos agresivas para los pacientes con cáncer.

Mejorarán terapias génicas estudiando genes saltarines

El experimento lo hicieron investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Centro Nacional de Investigaciones de Francia.

Imagen de Konstantin Kolosov en Pixabay

Est egrupo de investigadores,ahora ya tienen una explicación mejor del porqué los transposones alcanzan a adaptarse en un nuevo entorno; esto sin generar modificaciones genéticas, que pueden ser nocivas.

La revista Nature Communications fue donde se publicó el estudio de terapias génicas contra el cáncer. El mismo es claro en sus conclusiones, donde se afirma de manera categórica que: saber estos procesos (de adaptación) desencadenados por lo genes saltarines brindan más luces de cara al desarrollo de diseños terapéuticos génicos, más innovadores, para paliar el cáncer; pero también otras enfermedades degenerativas, como por ejemplo: la hemofilia, la ceguera de tipo congénita, entre otros.

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¿Qué son los genes saltarines?

El nombre científico de estos genes es transposones, pero que por su dinámica y movimiento, yendo de un génoma a otro, llevando información genética, se le denomina con la metáfora saltarines.

Al ser un gen que articula material genético con otras células (a la que se intenta mejorar en su funcionalidad), puede causar, no obstante, mutaciones que pudiesen ser nocivas, que no hacen sino complicar la remisión de la patología.

Los genetistas,además de las fuentes especializadas, explican que si no fuese por esta interacción entre genes saltarines y células no se crearían funciones celulares nuevas para el organismo humano. Precisamente que les permiten responder y adaptarse a entornos nuevos; pero el riesgo está en que si modificase o causase mutaciones genéticas estas pudiesen ser o no contraproducentes.

Mejorar los vectores en las terapia génicas

Entendiendo que estos genes saltarines que son secuencias de nuestro ADN humano y que son portadores de información genética, que serán insertadas en células del organismo; se entenderá también que estas requieren de un vehículo eficiente para llevar ese materia genético de manera expedita y sin novedad.

Los vectores virales, que se pueden entender como la infraestructura que permite que esta información genética llegue a zonas del genoma; pero no cualquier área o región de estas, sino aquellas que sean realmente seguras. La idea es que mejorando la terapia lo vectores virales puedan ayudar más. De modo que la terapia génica contra el cáncer pudiese ser más exitosa; pero solo en la medida en que redujese el riesgo de mutaciones de tipo genéticas no deseadas.

Fuente: WebConsulta