Entendiendo la Lesión Ungueal por Impacto Repetitivo
La uña negra, conocida en el ámbito deportivo como «dedo del corredor» o médicamente como hematoma subungueal, es una afección muy común entre deportistas, especialmente corredores de larga distancia, futbolistas y tenistas. Se produce por un traumatismo repetitivo o un impacto agudo en la uña, que resulta en una acumulación de sangre debajo de la lámina ungueal. Aunque suele ser inofensiva, puede ser dolorosa y, si no se maneja correctamente, puede llevar a complicaciones.

Causas: El Impacto Constante
La principal causa de la uña negra es la presión y el roce constante de los dedos contra la puntera del calzado o por impactos directos.
- Calzado Inadecuado: Es la causa más frecuente.
- Zapatillas Pequeñas: Si el calzado es demasiado corto, los dedos golpean repetidamente la parte delantera al correr, especialmente en descensos.
- Zapatillas Grandes: Si el calzado es demasiado grande, el pie se desliza hacia adelante dentro de la zapatilla, provocando el mismo impacto.
- Calzado Viejo o Desgastado: La amortiguación reducida puede aumentar la presión sobre los dedos.
- Actividad de Alto Impacto: Deportes con frenadas bruscas, cambios de dirección o saltos (fútbol, baloncesto, tenis) también pueden provocar el traumatismo.
- Uñas Largas: Las uñas que no se cortan adecuadamente pueden chocar contra el calzado, incrementando el riesgo.
- Anomalías en los Dedos o Pies: Dedos en martillo, dedos demasiado largos o deformidades pueden aumentar la presión en la zona.

El impacto repetido causa microtraumatismos en los vasos sanguíneos debajo de la uña, lo que provoca su ruptura y el sangrado. La sangre queda atrapada entre la uña y el lecho ungueal, creando el característico color oscuro (negro, morado o rojizo).
Síntomas: Dolor y Decoloración
Los síntomas pueden variar desde una molestia leve hasta un dolor intenso:
- Dolor: Es el síntoma más común, especialmente si la acumulación de sangre es significativa y ejerce presión sobre el lecho ungueal. Puede ser pulsátil.
- Decoloración: La uña adopta un color negro, azulado, morado o rojizo debido a la sangre coagulada debajo de ella. La mancha puede ser parcial o cubrir toda la uña.
- Presión: Sensación de presión debajo de la uña.
- Elevación de la Uña: En casos severos, la acumulación de sangre puede levantar la lámina ungueal.
Tratamiento: Alivio y Cuidado
El tratamiento de la uña negra se centra en aliviar el dolor y proteger la uña, aunque en la mayoría de los casos no se requiere intervención médica.
- Alivio del Dolor (Descompresión):
- Si el dolor es intenso debido a la presión, un médico o podólogo puede realizar una trepanación de la uña. Esto implica hacer un pequeño orificio en la uña con una aguja estéril o un instrumento caliente para liberar la sangre atrapada. Esto alivia la presión de forma inmediata.
- Cuidado y Protección:
- Reposo: Reducir la actividad de alto impacto para evitar más traumatismos.
- Hielo: Aplicar compresas frías para reducir la inflamación.
- Analgésicos: Tomar analgésicos de venta libre (como ibuprofeno) para el dolor.
- Higiene: Mantener la zona limpia para prevenir infecciones.
- Renovación de la Uña:
- En la mayoría de los casos, la uña dañada se caerá por sí sola con el tiempo (puede tardar meses) y una nueva uña sana crecerá debajo. Es crucial no intentar arrancarla.
Prevención: Clave para el Corredor
La prevención es el mejor tratamiento para el «dedo del corredor». A continuación, conoce algunas medidas que debes tomar:
- Calzado Adecuado:
- Utiliza zapatillas de tu talla correcta, dejando un espacio de aproximadamente un pulgar entre el dedo más largo y la puntera.
- Asegúrate de que las zapatillas o zapatos no estén demasiado holgados, para evitar el deslizamiento del pie.
- Considerar el tipo de calzado según el deporte y el terreno.
- Calcetines o medias apropiadas: Usar calcetines que ajusten bien, que absorban la humedad y que no formen pliegues.
- Corte de uñas: Mantener las uñas de los pies cortas y rectas para evitar que golpeen la puntera.
- Ajuste de los cordones: Asegurarse de que los cordones estén bien atados para evitar que el pie se mueva dentro de la zapatilla.

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