La vasectomía es una de las intervenciones quirúrgicas más solicitadas por los hombres; y aunque la rodean ciertos mitos, hay que desmentir los que son relativos a los efectos secundarios de la técnica.

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Hay que tener en cuenta que la vasectomía es un tratamiento seguro. Es un procedimiento eficaz de esterilización; el cual consiste en el aislamiento quirúrgico de los conductores deferentes, que llevan a los espermatozoides a los conductores eyaculadoras, seccionando y ligando los extremos.

Vasectomía
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Vasectomía: procedimiento reversible

Esta técnica se realiza de forma ambulatoria, con anestesia local. Así se busca eliminar del volumen del eyaculado, los espermatozoides vertidos desde los testículos, que son los responsables de causar el embarazo. La eyaculación se mantiene, pero sin capacidad de fecundación.

Antes de someterse a este método, las personas se preguntan si afecta su esfera sexual. A esta pregunta, los expertos recuerdan que no tiene relación anatómica ni funcional. Por lo tanto, no reduce la libido ni produce impotencia. La disfunción eréctil no tiene nada que ver con los conductos que se aislan, sino con otros factores.

Los expertos también desmienten la supuesta relación entre la vasectomía y el cáncer de próstata. Además, este procedimiento no produce déficit de testosterona ni está relacionado con la pérdida o ganancia de peso.

Sin embargo, las personas deben esperar tres meses para ver los resultados, ya que estos no son inmediatos. A los tres meses, se debe realizar un espermiograma para asegurar el éxito de la intervención.

Si el trabajo que realiza el hombre es sedentario, lo ideal es que las personas puedan regresar a su puesto; tomando en cuenta que no puede hacer ejercicio físico intenso.

Revertir la vasectomía es factible, aunque su realización es más complicada y se realiza con microcirugía.

Fuente: CuídatePlus

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