Del 9 al 15 de octubre de cada año se celebra la Semana Mundial de Concientización y Conmemoración de la Pérdida de Bebés Durante el Período de Gestación a Pocos Días de Nacer.  Y este año, desde Mi propósito creando vida, quisimos dar lugar a las familias venezolanas que han atravesado por esta situación. Y decirles que no están solos y que, a pesar de lo doloroso del duelo, siempre sale el sol

El pasado sábado 9 de octubre realizamos en Caracas Un camino para recordar, evento que se ha dado cita desde hace cinco años en Monterey, México por la organización Plumas de Ángel y que este año, a través de Mi propósito creando vida, se efectuó por primera vez en Caracas.

Un evento cargado de muchísimas emociones, pero sobre todo de la ilusión de muchos padres de conmemorar a sus pequeños ángeles. Definitivamente hay momentos y espacios que son necesarios. Más de veinte familias se dieron cita en la Iglesia Guadalupe de Las Mercedes; dándose la oportunidad de vivir una mañana cargada de amor y esperanza.

Pierdes un bebé, sueños e ilusiones

Sin lugar a dudas, la muerte de un hijo representa una de las mayores pérdidas que una familia pueda atravesar; y son pocos los espacios, por no decir inexistentes, al servicio de estas familias.

Muchas veces este duelo vivido es muy difícil de explicar. Esto ocurre porque durante meses los padres habían construido un mundo casi mágico por la llegada de un nuevo ser a sus vidas. Todas las ilusiones, expectativas y sueños estaban enfocadas en contemplar su obra cada mañana al despertar; a través de una caricia, una mirada, una sonrisa, un abrazo o un beso y sin anestesia esto se derrumba.

Ante esta realidad, que no será fácil de aceptar, será necesario vivir la etapa de duelo; y por supuesto, la unión y el apoyo del núcleo familiar hará que poco a poco se vaya superando tan triste acontecimiento.  Estoy segura de que el contacto con otras familias y compartir sus experiencias, es un paso muy sanador en este proceso; por ello, el crear esa oportunidad, siento que es de gran ayuda.

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Recordar, un acto de amor

Desde muy temprano se preparó todo para la llegada de las familias; cada familia recibiría una rosa con el nombre de su bebé y una vela como símbolo de luz.

Se inició la celebración con una misa muy especial, acompañada con la música del Grupo Getsemaní. Como parte de esta celebración, se realizó una caminata; en la cual cada familia iba haciendo encuentro con el nombre de su bebé y un cartel para dedicarle unas palabras de agradecimiento.

Se llevó acabo también el encendido de velas como un acto de Luces de Amor, en memoria de los bebés cuyas vidas se acabaron demasiado pronto.

Y así entre velas, ofrendas florales y globos se vivió este maravilloso día donde las familias presentes agradecieron la experiencia vivida y el espacio dado.

No se cura la herida, pero sí nos acompañamos

Siempre se nos ha hablado que en la vida debemos “adaptarnos al cambio”, tanto, que hasta olvidas el “antes de”. Sin embargo, hay cambios que te dejan una huella permanente, que no se olvidan, de los cuales siempre existe un recordatorio.

Como es el caso de una pérdida repentina de nuestros bebés, con la ilusión y felicidad que inundaban nuestra mente y corazón.

Tengo la certeza de que la experiencia fue muy conmovedora para muchas familias; pues si bien no se cura la herida, nos damos cuenta de que hay más personas que han pasado por esta prueba; y que en conjunto, nos podemos entender verdaderamente. Que no siempre son necesarias las palabras, pues nuestros rostros se expresan por sí solos.

Busco con este tipo de iniciativas poder unir a más familias y extender la importancia de este tipo de duelo, para que no sea escondido. Además, para sensibilizar a nuestros familiares, amigos y médicos, a que realmente muestren unión y respeto por nuestros hijos; que se abren camino en el cielo y no por eso se olviden en la Tierra.

Este evento también es un llamado a la esperanza, a mantenerse en pie de lucha y no abandonar.

un camino para recordar
Foto Referencial

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Haz una pausa y avanza

En la vida siempre deseamos que nuestros más preciosos sueños se hagan realidad. Los grandes sueños llevan trabajo, mucho esfuerzo y sobre todo llevan ilusión, montones de esperanzas.

A pesar de que con frecuencia tenemos que enfrentar la frustración o el fracaso, tomar la decisión de volverlo a intentar o rendirse y abandonar, es un asunto de toda la vida. Sin embargo, sea cual sea el camino que quieras tomar ahora, depende solo de ti.

Por ello es importante el tiempo, dejar que tu persona asuma lo que ha pasado, permitirte llorar si lo necesitas, permitirte descansar, hacer una pausa y afrontar el momento. La pérdida de un embarazo nunca es fácil de superar, pero es posible continuar.

Apóyate en los que te aman, busca fortaleza en tus amigos para que te lleven de la mano mientras transitas tu duelo. Poco a poco volverás a sentirte preparada para vivir, para seguir soñando, para tomar las riendas de tu presente y de tu futuro. Ten fe en que lo lograrás.

Agradezco a todos los que estuvieron presentes, verlos me hace ratificar que todo en la vida tiene un propósito y hasta los momentos más duros se convierten en motivadores para ser mejores y ayudar a los demás.

Mi propósito creando vida, mi primer bebé

Desde que comencé este camino de mi búsqueda de ser madre sabía que las dificultades que se nos iban presentando debía usarlas para sumar de allí nace Mi propósito creando vida, mi primer bebé, mi libro, donde desde el alma les compartí mi camino con la idea de mostrarles que no están solas y muchas mujeres pasamos por dificultades para concebir y en lugar de juzgar por qué aun no tienen hijos, empezar a empatizar para que abrieran sus corazones y comenzaran a hablar de manera natural de algo tan común, pero tan tabú.

Quizá no puedo cambiar el mundo, pero sí puedo sembrar para dejarlo un poquito mejor. Sé que hoy algunas familias agradecen mi empatía, mi historia y mis ganas de que ninguna familia se rinda y a ustedes gracias por confiar en mí, en esta loca de atar porque todos alcancen el sueño de ser padres, por abrirme su corazón y por apoyar cada uno de mis pasos, no imaginan lo que vale para mí cada familia que me dice gracias a ti y tu historia me levanté y hoy lo he logrado, son esos regalos que atesoras por siempre.

Nuestra pequeña, pero grande Alaia

De esa forma empecé, queriendo que nadie se rindiera y llegó el tiempo de Dios para mi familia y nos bendijo con nuestra hija Alaia, cuánto amor recibimos, cuán queridos y contenidos nos sentimos y cuánta esperanza brindó Alaia a mi comunidad, un ser tan pequeño y tan grande a la vez. Pero su propósito se cumplió, nos dijo sí se puede, no hay imposibles papás sigan con fe y se fue a sus 25 semanas, no estaba en mis planes vivir esto, y es que quién piensa en esto, nunca pasó por mi mente que había un propósito más grande, nunca imaginé dar a luz y llegar a casa sin ella.

Así como tampoco imaginé que podía seguir, que era fuerte y que su partida me animaría a seguir ayudando, a seguir conteniendo familias, que el no hundirme no significaba que no amo a mi hija, sino que por el contrario la amo tanto que soy capaz de continuar aceptando que fui escogida por un ángel para ser su mamá y qué honor ser tu mamá, Alaia.

Una red para agradecer

Al personal de salud gracias por abrirse a esta experiencia, porque la salud es un todo, lo físico, emocional, mental y lo espiritual, y aunque nos resguardan en lo físico y lo agradecemos, algunas veces solo necesitamos un abrazo, un hombro donde llorar y el que estén a aquí nos dice que lo entienden y que estamos avanzando en ese camino.

A mis médicos, gracias a todos porque son varios a los que he vuelto locos, pero de los cuales no me ha faltado apoyo ojalá todas las familias cuenten con esta dicha.

A mi esposo solo puedo decirte te Amo en todo el sentido de la palabra, gracias por no rendirte, por decirme si tú sigues yo sigo.

Doulas gracias por prepararse para el nacimiento a la tierra y para el nacimiento al cielo también, mi experiencia no hubiera sido la misma sin la mía.

Nuestros familiares cercanos gracias por darnos la mano, por solo abrazarnos sin mencionar palabras y por siempre recordar a nuestra estrella.

A mis amigos, qué sería la vida sin amigos, no sé si todos tienen la dicha de decir esto, pero Dios me ha regalado a los mejores.

Gracias a cada uno de los que han acompañado a cada familia de las aquí presentes.

Al padre y a Getsemaní porque sin dudarlo dijeron que si a esta celebración.

Nuestros bebés y sus huellas en nuestras vidas

Celebración a la que vinimos para recordar a nuestros bebés de manera especial, porque sé que todos en cada instante tenemos presentes a nuestros hijos porque se sigue, pero no se olvida. Conmemoramos y honramos su corto tiempo en la tierra y sus inmensas huellas en nuestras vidas, expresamos que duele, pero siempre sale el sol y te recuerdo con alegría.

Y también decimos al mundo que esto pasa, esto sucede, mi hijo es parte de mi vida, de mi familia y de la humanidad, pedimos que no nos silencien, que no nos pidan olvidarlos porque no nacieron o porque nacieron y partieron.

Estamos aquí para decir que entendemos que el mundo sigue girando y que la vida debe continuar, pero que queremos que se detengan un momento, que no nos pidan abandonar sus memorias, que respeten nuestros tiempos y que nos permitan tenerlos siempre presentes en nuestros pensamientos. No nos ofrezcan lástima, porque no somos víctimas. Ofrézcannos su bondad, sus palabras más dulces porque nuestros bebés nacieron al cielo y con ellos se han ido parte de nuestros sueños.

¡Solo muere quien se olvida y nuestros hijos siempre será recordados!

Los abrazo,

Yuraima