Te encuentras ante un avance científico que podría cambiar la vida de miles de personas. Zulmary Manjarres, bioanalista venezolana radicada en Chile, ha sido parte fundamental del equipo que descubrió las causas del dolor neuropático asociado al Parkinson. Este hallazgo, centrado en la microbiota y el sistema inmune, abre nuevas puertas para el tratamiento y la prevención de esta enfermedad.
El trabajo de Zulmary y su equipo se enfocó en comprender cómo la interacción entre la microbiota y el sistema inmune influye en la aparición de síntomas motores y no motores del Parkinson. Lo que encontraron es que al modular el sistema inmune o la microbiota, o su interacción, se puede influir en la generación de estos síntomas, incluyendo el dolor y el déficit motor.

Hallazgos clave:
- Dolor temprano: El dolor y otros síntomas no motores pueden aparecer años antes de los síntomas motores característicos del Parkinson.
- Microbiota y sistema Inmune: La interacción entre estos dos sistemas juega un papel crucial en la generación de los síntomas.
- Posibilidad de intervención temprana: Manipular la microbiota podría permitir intervenciones tempranas y menos invasivas.
El impacto del descubrimiento de Zulmary Manjarres
«Los pacientes con Parkinson experimentan aparentemente dolor y también constipación, también trastornos del sueño muchos años antes de la generación de los síntomas motores», explica Zulmary. Este descubrimiento es crucial, ya que los síntomas motores son los que actualmente marcan la pauta para el diagnóstico. La posibilidad de intervenciones tempranas, manipulando la microbiota, no solo mejoraría la calidad de vida de los pacientes, sino que también podría retrasar o detener el avance de la enfermedad.
Las investigaciones futuras se centrarán en identificar los elementos específicos de la microbiota que desencadenan la respuesta inmune, con el objetivo de desarrollar terapias aún menos invasivas.
Recomendaciones para una microbiota sana
En cuanto a cómo mantener una microbiota saludable, Zulmari enfatiza que las intervenciones varían de persona a persona. Sin embargo, recomienda una dieta antiinflamatoria, rica en fibra y baja en grasas saturadas, así como la inclusión de probióticos y prebióticos. También subraya la importancia de conocer tu propio cuerpo y evitar alimentos que causen inflamación.
El trabajo de Zulmari Manjarres es un ejemplo de cómo la investigación científica puede abrir nuevas esperanzas para quienes padecen enfermedades neurodegenerativas.

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