Comenzar el día con una práctica suave y consciente de yoga puede marcar una diferencia significativa en cómo te sientes física y mentalmente durante el resto de la jornada. En lugar de saltar de la cama al ajetreo diario, dedicar unos minutos a estirar el cuerpo, despertar la circulación y calmar la mente puede establecer un tono positivo y lleno de energía. Afortunadamente, existen diversas posturas de yoga especialmente recomendadas para activarnos por la mañana, preparándonos para enfrentar el día con vitalidad y equilibrio.

El objetivo principal de la práctica matutina es despertar suavemente el cuerpo, liberar la rigidez acumulada durante la noche y estimular el flujo de energía. Las posturas que involucran estiramientos suaves, flexiones hacia adelante y hacia atrás, y torsiones suaves son ideales para lograr este propósito. Aquí te presentamos algunas posturas clave que puedes incorporar en tu rutina matutina

yoga para empezar el día
Foto referencial – Foto de Werner Pfennig

1. Supta Baddha Konasana (postura del ángel reclinado)

Comienza tu práctica acostado boca arriba con las plantas de los pies juntas y las rodillas cayendo suavemente hacia los lados. Coloca las manos a los costados del cuerpo, con las palmas hacia arriba. Esta postura abre las caderas y la ingle, aliviando la tensión y promoviendo la relajación. Permanece aquí durante 5-10 respiraciones profundas, sintiendo cómo se expande tu pecho con cada inhalación.

Beneficios matutinos: Abre las caderas, estira la ingle y los muslos internos, estimula los órganos abdominales y libera la tensión en la parte baja de la espalda.

2. Apanasana (postura de rodillas al pecho)

Desde la postura anterior, lleva las rodillas hacia el pecho y abraza tus piernas con los brazos. Puedes balancearte suavemente de lado a lado para masajear la parte baja de la espalda. Esta postura libera la tensión en la columna vertebral y los músculos lumbares, preparando la espalda para movimientos más activos.

Beneficios matutinos: Libera la tensión en la parte baja de la espalda y las caderas, estimula la digestión y calma la mente.

3. Setu Bandhasana (postura del puente)

Apoya los pies en el suelo, separados al ancho de las caderas y cerca de los glúteos. Presiona los pies firmemente en el suelo y eleva las caderas hacia el techo, manteniendo los muslos paralelos. Puedes entrelazar las manos debajo de la espalda y juntar los omóplatos para profundizar el estiramiento en el pecho y los hombros.

Beneficios matutinos: Fortalece la espalda, los glúteos y los muslos, abre el pecho y los hombros, y estimula la circulación.

4. Marjaryasana a Bitilasana (postura del gato-vaca)

Colócate en cuadrupedia, con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas debajo de las caderas. Al inhalar, baja el abdomen hacia el suelo, eleva el pecho y mira hacia arriba (postura de la vaca). Al exhalar, redondea la espalda hacia el techo, mete el mentón hacia el pecho y empuja el suelo con las manos (postura del gato). Fluye suavemente entre estas dos posturas durante varias respiraciones, sincronizando el movimiento con tu respiración.

Beneficios matutinos: Calienta la columna vertebral, mejora la flexibilidad, estimula los órganos abdominales y promueve la coordinación entre la respiración y el movimiento.

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5. Adho Mukha Svanasana (postura del perro boca abajo) – modificada

Desde la cuadrupedia, levanta las caderas hacia arriba y hacia atrás, formando una «V» invertida con tu cuerpo. Mantén las rodillas ligeramente flexionadas al principio si sientes mucha tensión en los isquiotibiales. Relaja la cabeza y el cuello, y siente cómo se estira toda la parte posterior de tu cuerpo. Puedes pedalear los pies suavemente, flexionando una rodilla y luego la otra, para despertar los músculos de las piernas.

Beneficios matutinos: Estira los hombros, los isquiotibiales, las pantorrillas y los arcos de los pies, fortalece los brazos y las piernas, y revitaliza el cuerpo.

6. Tadasana (postura de la montaña) con elevación de brazos

Ponte de pie con los pies juntos o ligeramente separados al ancho de las caderas. Distribuye el peso de manera uniforme en ambos pies. Al inhalar, eleva los brazos por encima de la cabeza, estirando los costados del cuerpo y sintiendo cómo te alargas hacia el cielo. Puedes juntar las palmas de las manos y mirar hacia arriba suavemente.

Beneficios matutinos: Mejora la postura, fortalece los muslos, las rodillas y los tobillos, y aporta una sensación de conexión a tierra y estabilidad.

7. Torsiones suaves (sentado o acostado)

Sentado con las piernas extendidas o cruzadas, o acostado boca arriba, lleva una rodilla hacia el pecho y luego déjala caer suavemente hacia el lado opuesto del cuerpo, manteniendo los hombros apoyados en el suelo. Mira en la dirección opuesta a la rodilla. Mantén la torsión durante algunas respiraciones y luego repite hacia el otro lado. Las torsiones ayudan a liberar la tensión en la columna vertebral y estimulan los órganos internos.

Beneficios matutinos: Desintoxica el cuerpo, mejora la flexibilidad de la columna vertebral y alivia la rigidez en la espalda y el cuello.

Consideraciones para tu práctica matutina

  • Escucha a tu cuerpo: La mañana puede ser un momento en que el cuerpo aún se siente rígido. Realiza los movimientos con suavidad y evita forzar cualquier postura.
  • Respira profundamente: Mantén una respiración consciente y profunda a lo largo de toda tu práctica. La respiración es la clave para liberar la tensión y energizar el cuerpo.
  • Sé constante: Incluso una práctica corta de 5-10 minutos cada mañana puede marcar una gran diferencia a largo plazo.
  • Adapta las posturas: Si alguna postura te resulta incómoda, modifícala u omítela. Lo importante es encontrar una práctica que se adapte a tus necesidades y capacidades.

Incorporar estas posturas de yoga en tu rutina para empezar el día, puede ser una forma maravillosa de despertar tu cuerpo y tu mente, preparándote para afrontar el día con energía, claridad y una sensación de bienestar.

Fuente: cosmopolitan

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