La alimentación ética o ética alimentaria tiene relación con las secuelas morales de las elecciones de alimentos, tanto las llevadas a cabo por humanos como por animales.

Las preocupaciones usuales son el daño al medio ambiente, las prácticas laborales explotadoras, la escasez de alimentos para los demás, el trato inhumano de los animales destinados para la ingesta de alimentaria y los efectos no deseados de la política alimentaria.

¿Qué provoca que estas elecciones sean éticas? Pues se definen por nuestros propios valores (lo que pensamos que es bueno) y nuestros propios principios (lo que creemos que es correcto); con la intención de redirigir nuestro pensamiento.

La alimentación ética es un tipo de consumismo ético.

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Foto referencial – Foto de Karolina Grabowska

Decisiones éticas sobre los alimentos

Todos comprendemos lo que es la comida, pero ¿qué pasa con la ética? El término puede sonar bastante prohibitivo o solo importante para los expertos o en los especialmente involucrados, pero todos tomamos regularmente elecciones éticas sobre los alimentos.

1.- Bienestar animal

Algunas personas son vegetarianas; han decidido no ingerir carne. Si su elección ha sido impulsada por el sencillo hecho de que no les agrada el sabor de la carne, no es una postura ética.

Sin embargo, aquellos que siguen una dieta vegetariana pues consideran que ingerir carne involucra un sufrimiento inadmisible para los animales que se crían para la ingesta de alimentos, entonces sus razones son razones éticas. Consideran que está mal ingerir carne.

2.- Salvar al planeta

Algunas personas permanecen comprometidas a ingerir alimentos orgánicos. Creen que los procedimientos agrícolas industrializados, que involucran el uso generalizado de pesticidas químicos y fertilizantes artificiales; eliminan la vida silvestre como las aves, los insectos y las flores silvestres, destruyen el suelo y son insostenibles a largo plazo. Esta inquietud por defender el medio ambiente es un compromiso ético.

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3.- Ingesta alimentaria sana

Muchas personas están cada vez más preocupadas por los crecientes niveles de obesidad y otros efectos perjudiciales que atribuyen al consumo de alimentos procesados y aditivos. Esto los lleva a una preocupación ética, no solo por su propia salud, sino por la salud de los individuos generalmente, en especial la de los adolescentes.

4.- Comercio justo

Una gigantesca cantidad de nuestros propios alimentos y bebidas son elaborados por agricultores en otras partes del mundo, cuyo grado de vida es muchísimo más bajo que el nuestro y que luchan por sobrevivir y salir de la pobreza.

Muchas personas consideran injusto que una proporción tan pequeña de lo que pagamos por nuestros propios alimentos regrese a los productores primarios, y apoyan los esquemas de certificación que brindan una garantía de que los agricultores reciben un precio justo por lo que producen.

Fuente: mejorconsalud

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