Luego del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo es fundamental comprender las claves para acompañar el neurodesarrollo de los niños dentro del espectro. Ruzdeyva Gelbis, licenciada en neuroeducación especialista en autismo y directora del centro Terapias del Desarrollo, comparte su valiosa experiencia. Conocer las fortalezas y debilidades individuales de cada niño es el punto de partida para una intervención efectiva y amorosa.

Ruzdeyva Gelbis enfatiza que cada niño con autismo es único, con fortalezas y desafíos particulares. La intervención debe basarse en una evaluación constante por un equipo multidisciplinario para potenciar sus capacidades. Por ejemplo, un niño con lenguaje oral fluido requerirá una terapia que explore el uso social y pragmático del lenguaje, mientras que un niño sin lenguaje oral se beneficiará de sistemas aumentativos de comunicación basados en claves visuales, ya que muchos son excelentes pensadores visuales.

autismo

Imagen de Aline Ponce en Pixabay

Pilares para el neurodesarrollo en el autismo:

  • Evaluación multidisciplinaria: Conocer fortalezas y debilidades individuales.
  • Potenciar la comunicación: Adaptar estrategias según el nivel de lenguaje (oral o visual).
  • Controles médicos al día: La neurología y otros exámenes son cruciales (ej. EEG por la epilepsia).
  • Apoyo escolar informado: La escuela debe comprender y atender las necesidades específicas.
  • Unión familia-terapeutas-escuela: El trabajo conjunto es esencial para el progreso.

La Importancia del diagnóstico temprano y la comunicación

Un error común es la negación del diagnóstico por parte de la familia, lo que retrasa una intervención temprana y crucial. En el ámbito escolar, no comunicar el diagnóstico impide que los educadores comprendan y atiendan las necesidades del niño, y que sus compañeros entiendan sus comportamientos. La comunicación abierta entre la familia, el equipo terapéutico y la escuela es fundamental para crear un entorno de apoyo integral.

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Signos tempranos de alerta

Ruzdeyva Gelbis señala signos tempranos que pueden indicar la necesidad de buscar evaluación profesional: regresión en el lenguaje (dejar de decir palabras que antes decía), pérdida de gestos comunicativos (adiós, pedir la bendición), y el uso de la mano como una extensión para alcanzar objetos (en lugar de señalar). Estos signos, sumados a la falta de contacto visual y la ausencia de respuesta al llamado, son indicadores importantes a tener en cuenta a partir de los 15-18 meses de edad.