Darse un chapuzón, luego del entrenamiento, en un baño de agua helada es una práctica recurrente entre varios atletas. Popularmente conocida como inmersión en agua fría o crioterapia, se usa para recuperarse más rápido; y de esta forma minimizar el dolor muscular, luego de intensas sesiones de entrenamiento o competiciones.

Además del baño de agua helada, ciertos atletas usan una terapia de agua de contraste (alternando entre agua helada y agua más caliente); para así obtener el mismo impacto. Ahora, como muchas prácticas, es bueno preguntarse si esto funciona.

agua helada
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Teoría detrás de este método

La teoría está relacionada con el hecho de que el ejercicio profundo causa microtraumatismos, que son pequeños desgarros en las fibras musculares. Este mal muscular microscópico es realmente un objetivo del ejercicio; debido a que estimula la actividad de las células musculares y ayuda a componer el daño y robustecer los músculos (hipertrofia muscular). Sin embargo, también se hace referencia al dolor muscular de aparición tardía (DOMS), que se crea entre 24 y 72 horas desde el ejercicio.

Se creía que el baño de agua helada:

  1. Ayuda a constreñir los vasos sanguíneos y remover los productos de desecho, como el ácido láctico, de los tejidos dañados
  2. Reduce la actividad metabólica y ralentiza los procesos fisiológicos.
  3. Minimizar la hinchazón y la degradación de los tejidos.

No existe un protocolo sobre la duración y la temperatura ideales para las rutinas de inmersión en agua helada; pero la mayor parte de los atletas o entrenadores que la utilizan, recomiendan una temperatura del agua entre 12 a 15 ºC; con tiempos de inmersión de 5 a 10 min.

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Pros y contras de los baños de agua helada

De los estudios que han examinado los efectos de los baños de agua helada, la inmersión y la terapia con agua de contraste sobre la recuperación del ejercicio y el dolor muscular, la mayor parte arroja hallazgos no concluyentes o contradictorios

  • Los estudios sugieren que aplicar frio a los músculos inmediatamente después de una rutina de ejercicios suprime la inflamación, dificulta el aumento de las fibras musculares y retrasa la regeneración muscular.
  • Una revisión en 17 estudios, concluyó que había alguna prueba de que la inmersión en agua helada disminuyó el dolor muscular una vez que se comparó con reposo o ni una mediación. No hubo pruebas suficientes para concluir si mejoraba o no el cansancio o la recuperación. La mayor parte de los efectos se observaron en estudios de carrera.
  • Otros estudios, demostraron que la terapia con agua de contraste poseía algún indicio de que era mejor para minimizar la recuperación del dolor muscular -inducido por el ejercicio- que la recuperación pasiva o el reposo; pero la diferencia ha sido mínima.

Fuente: mejorconsalud

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