¿Te gustaría mejorar tu resistencia física, acelerar tu metabolismo, reducir el estrés y meditar al mismo tiempo? Todo esto es posible con la caminata afgana, una técnica de marcha que sincroniza los pasos con la respiración y que tiene su origen en los nómadas del desierto.

La caminata afgana es una forma de ejercicio físico y mental que se basa en acompasar los pasos con la respiración siguiendo una secuencia que favorece la oxigenación del organismo y la calma mental. Se trata de una práctica muy sencilla que no requiere ningún equipo especial y que se puede realizar en cualquier lugar y momento.

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Beneficios de la caminata afgana

Son múltiples, tanto para la salud física como para la mental. Algunos de ellos son:

  • Aumenta la resistencia física: al respirar de forma profunda y rítmica, se optimiza el uso del oxígeno y se evita el cansancio prematuro. Además, se fortalecen los músculos respiratorios y se mejora la capacidad pulmonar.
  • Acelera el metabolismo: al incrementar el consumo de oxígeno, se estimula el metabolismo basal y se queman más calorías. Esto ayuda a mantener un peso saludable y a prevenir el sobrepeso y la obesidad.
  • Reduce el estrés: al sincronizar los pasos con la respiración, se induce un estado de relajación y meditación que ayuda a liberar las tensiones nerviosas y a mejorar el estado de ánimo. Además, se favorece la liberación de endorfinas, las hormonas del bienestar.
  • Mejora la concentración: al centrar la atención en la respiración y los pasos, se evitan las distracciones y los pensamientos negativos. Esto mejora la capacidad de atención, la memoria y el rendimiento cognitivo.

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¿Cómo practicar la caminata afgana?

La caminata afgana se puede adaptar al nivel de cada persona, variando la velocidad, la duración y la intensidad de la marcha. Lo importante es seguir una secuencia de respiración que consiste en inhalar y exhalar un número determinado de veces por cada paso.

Existen diferentes secuencias de respiración que se pueden utilizar según el objetivo que se persiga. Por ejemplo:

  • Para calentar o relajar: inhalar durante un paso y exhalar durante otro paso.
  • Para caminar normalmente: inhalar durante dos pasos y exhalar durante dos pasos.
  • Para aumentar el ritmo: inhalar durante tres pasos y exhalar durante dos pasos.
  • Para hacer un esfuerzo máximo: inhalar durante cuatro pasos y exhalar durante un paso.

Recomendaciones para practicar la caminata afgana

  • Elegir un lugar tranquilo y seguro para caminar, preferiblemente al aire libre y en contacto con la naturaleza.
  • Usar ropa cómoda y adecuada al clima, así como calzado apropiado para caminar.
  • Empezar con una secuencia de respiración sencilla e ir aumentando progresivamente la dificultad según se gane experiencia.
  • Mantener una postura erguida, con los hombros relajados, el pecho abierto y la mirada al frente.
  • Respirar por la nariz, llenando bien los pulmones desde el abdomen hasta el pecho.
  • Soltar el aire lentamente por la boca, vaciando bien los pulmones desde el pecho hasta el abdomen.
  • Contar mentalmente los pasos y las respiraciones para mantener el ritmo.
  • Disfrutar del movimiento, del entorno y de las sensaciones que produce la caminata.

La caminata afgana es una forma de caminar que beneficia tu cuerpo y tu mente. Te animamos a probarla y a experimentar sus efectos positivos en tu salud.

Fuente: cuerpomente

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