Estar mejor es una decisión que compete a cada individuo que desea de forma genuina ser feliz. De allí que nuestra felicidad sea también un trabajo del cual nos tenemos que hacer cargo; es decir, que no corresponde a terceros el sentirnos bien.
Carlos Fraga, orador, especialista motivador y conferencista, vislumbra tiempos de cambios que traen por extensión nuevas interrogantes sobre el quién soy. Pregunta importante de responder para hacernos cargo de nuestra salud integral.
Para este conferencista internacional de larga trayectoria, no debemos seguir dándole sentido a la vida desde la idea de esfuerzo. Sino desde el amor. Hoy se trata de ir tras la búsqueda de caminos, más que de objetivos y metas.
Para vivir mejor hay que hacernos cargo
La felicidad parece ser un deber, una especie de tarea de la que cada individuo es responsable y por lo tanto debe trabajar en ello. Explica Fraga en este sentido que, igualmente, tenemos que encontrarnos a nosotros mismos, siendo esta una tarea pendiente, urgente y necesaria para decidir bien.
«Como comunicador, me precisa que el ser humano vuelva a reconocer quién es, y que se haga cargo de eso»
Le preocupa a Fraga el hecho de que hoy, «parece que nadie quiere hacerse cargo, nadie se quiere hacer cargo de sus propias decisiones, de sus propias opciones, de su propio darse cuenta..». Ya que esta actitud es caldo de cultivo para que nos dominen, en la medida en que los otros «nos quiten la responsabilidad«, el hacernos cargos de nosotros mismo, para pasar a ser tutelados por terceros.
No existe la pobreza
Para este especialista motivador el ser humano se puede encontrar en medio de dificultades, pero ello «no» implica que una persona sea, desde cierta perspectiva, una persona pobre.
«Yo no creo en la pobreza. Porque si un ser se levanta, se despierta con todos su sentidos, con toda su locomoción bien, con una sonrisa en la cara… ese ser humano no es pobre, ese ser humano puede tener carencias»
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Afirma que esta idea es algo que nos cuesta aceptar, entender o más bien ver. Pero que es una realidad, «que está allí para ti y de la que te tienes que hacer cargo», enfatizó Fraga,
«La idea tampoco es que te vuelvas un ser con muchos ceros en la cuentas, no. La idea es que tu corazón pueda rebozar de alegría permanentemente, todas las cosas del vivir»
La vida no consiste en ser un guerrero, la elección es otra
A decir de Carlos Fraga estamos en un momento diferente y un poco lejos de la pandemia, al menos en su etapa más agresiva. De allí que «ahora nos toca enfrentarnos al decidir, al optar…».
No se trata ya de afirmarse como guerrero, como un gladiador que de forma temeraria afronta la vida. Pues, para este orador venezolano, Carlos Fraga, lo que le interesa del momento actual es otra cosa.
«En lo personal no me interesa que tú seas luchadora, que tú seas guerrera, porque esos términos acabaron con tu vida. En esos términos no hay paz»
Comenta Fraga que lo que le importa de las personas en la actualidad es que «tú seas un ser entusiasta, que tú seas un ser con ganas, que te seas un ser que ames, que vibres».
La narrativa del éxito caducó
Para Fraga, conferencista internacional, «hoy hablar de éxito, hablar de metas, es una narrativa totalmente pasada». Considera que nuestro presente es diferente y el enfoque que debemos tener, por lo tanto, también es diferente.
«Hoy en día se habla de caminos. El hecho de que te vaya bien o que te vaya distinto a lo que tú sueñas tiene que ver con un nuevo camino que se abre»
Allanar ese camino, vivirlo, granjearse experiencias fructíferas es por lo tanto algo que debemos transitar y, sobre todo, «es de lo que trata el crecimiento», afirmó el coah venezolano. Agrega que entonces se debe cambia la narrativa del éxito, de los objetivos, por otra, una que no implique la idea del esfuerzo. «Pues, allí no hay un decisión de esfuerzo, es una decisión de amor»
Hay culto al esfuerzo y a la adrenalina
Sugiere Fraga que la resistencia de muchas personas para con las narrativas que se centren en la obtención de la paz, se debe a su adicción a un estilo de vida. Donde está presente la adrenalina, por lo que no conciben el sentido de la vida sino desde allí: «porque toda la vida ha estado corriendo».
Enfatiza que entonces estar bien es una decisión personal, que esta afirmación se convierte en la llave que abrirá nuevas puertas. Pues «todo es una decisión, es decir, los que están mal, los que están bien, eso es circunstancial. Ahora, la decisión de qué voy hacer con eso, cómo recompongo esto, para que mi vida sea más coherente con mi corazón y con mi amor, tiene que ver conmigo».