La pérdida involuntaria de orina durante el ejercicio, especialmente al correr, es un problema más común de lo que se discute. Aunque a menudo se asocia con el parto o la edad avanzada, afecta a muchas mujeres activas. Si has experimentado este escape, conocido como incontinencia urinaria de esfuerzo, debes saber que no es normal y que existen soluciones efectivas para retomar tu actividad física con confianza.
Este problema surge cuando hay una presión abdominal súbita, como la que ocurre al correr, que supera la resistencia de los músculos del suelo pélvico. Identificar las causas subyacentes y tomar medidas preventivas y correctivas es fundamental para tu salud y bienestar deportivo. No permitas que este inconveniente te obligue a limitar el ejercicio que disfrutas.

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Lo que pasa en tu pelvis
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que sostienen la vejiga, el útero y el recto. Cuando corres, el impacto repetido y la presión ejercida sobre el abdomen desafían directamente la fuerza de esta estructura.
La incontinencia de esfuerzo ocurre porque tu suelo pélvico está debilitado. Un suelo pélvico en mal estado no puede cerrar adecuadamente el esfínter urinario ante la presión. Entender su función es el primer paso para fortalecerlo y resolver el problema.
Causas y factores de riesgo
La debilidad del suelo pélvico no ocurre de forma espontánea, sino que es el resultado de varios factores a lo largo de tu vida.
- El embarazo y el parto: Son las causas más comunes, ya que el peso del bebé y el esfuerzo del parto estiran y debilitan estos músculos.
- Deportes de alto impacto: Correr y saltar con frecuencia, si no tienes un suelo pélvico fuerte, pueden aumentar la presión y el riesgo.
- Tos crónica o estreñimiento: La tensión abdominal constante debilita progresivamente el área.
- Sobrepeso: El exceso de peso aumenta la presión intraabdominal de forma permanente.
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Soluciones para un running seguro
Afortunadamente, puedes solucionar o mejorar significativamente la incontinencia urinaria de esfuerzo sin renunciar a correr.
El primer paso es incorporar los ejercicios de Kegel en tu rutina. Estos ejercicios fortalecen de manera directa los músculos del suelo pélvico. Debes realizarlos correctamente y con constancia para ver resultados.
Además, busca la orientación de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico. Este profesional puede evaluar el nivel de debilidad y ofrecerte un plan de tratamiento personalizado. También puedes considerar reducir temporalmente el impacto de tu carrera, alternando con natación o bicicleta.

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