No hay crianza tóxica deliberada sino por ignorancia o desconocimiento. Lo lamentable es que terminan por generar en los hijos patrones de conductas que dificultan la más de las veces la socialización de estos, en ambientes cotidianos.

Cambiar los patrones de crianza, a decir de los expertos, implica pensar en qué objetivos en tanto padre se quieren fomentar en el hijo, para que en el futuro sea un individuo autónomo, resiliente y respetuoso con la opinión de los otros.

Pero muchas veces lo que sucede es que el padre tóxico termina proyectando sus valores de crianza, llena de inseguridades, en sus hijos. Y aunque ardua es la tarea, se puede corregir este estilo de crianza a través de la reflexión y la paciencia.

¿Qué es la crianza tóxica?

Explica el educador, orientador, psicoterapeuta y fundador de Cecodap, Oscar Misle, que en efecto se puede hablar de padres tóxicos, a los que igualmente nse puede etiquetar en dos perfiles bien definidos.

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Están los padres que son sobreprotectores. Estos son los que victimizan a sus hijos, quitándole responsabilidades en sus actos y por lo tanto generan en ellos vulnerabilidad y una relación de dependencia tóxica hacia los padres. Y «estos muchachos son muchachos dependientes, que son las víctimas propias del bullying, del acoso».

El otro perfil de padre que fomenta la crianza tóxica son , por el contrario, aquellos «egocéntricos, que siempre creen tener la razón», no aceptan la disidencia, y hacer que sus hijos se conviertan «en pequeños tiranos porque ellos piensan que hay que darles la razón en todo lo que dicen», sentencia el Misle.

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Consecuencias que tienen en sus hijos los padres tóxicos

Los principales problemas que se derivan de estos patrones de crianza, Misle identifica aquellos que entorpecen las formas de socialización de los hijos. O sea, problemas para encajar en un grupo específico y en la interacción de sus hijos dentro de sus entorno cotidiano.

«Le evita al hijo estar en situaciones donde pueda descubrir su autonomía», y esto es una proyección del padre, de sus inseguridades, que lo hacen ser un padre sobreprotector, enfatizó el especialista.

¿Cómo cambiar los patrones estos patrones de crianza?

Los padres no fomentan esa conductas a los padres adrede sino por desconocimiento. De allí que la reflexión sea clave para pensar las formas de crianza que se están practicando. Al respecto señala Misle que los padres siempre se preguntan cómo quieren que sean sus hijos en el futuro, pero esto debe ir acompañado de interrogantes claves.

«¿Qué estamos haciendo hoy para lograr esos objetivos a largo plazo, cuáles son los objetivos a corto plazo donde yo le permito al niño que sea autónomo, pero que no sea un tirano, que tome decisiones, que sea participativo, pero que también entienda que los demás tienen derecho a participar, opinar y expresarse «

Resalta este psicoterapeuta que es necesario revisar cómo se está educando a los hijos, para lograr esos objetivos trazados de cara al futuro de nuestros hijos. «La cuestión es preguntarnos que otras formas, qué otras alternativas hay de hacer la crianza diferente».

Venciendo la crianza tóxica

El objetivo de fondo de una crianza no tóxica es buscar que los niños no se sientan inseguros ni codependientes. En este sentido afirma Misle que, en tanto padres, hay preguntas que deben hacerse a sí mismos.

Por ejemplo, «cuáles son las habilidades sociales que tendría que yo aportarle, apelando un poco a la educación emocional, para él aprenda a lidiar con la frustración, asumir los límites y entender que los límites son para su perfección». La revisión de sí mismos y la definición de objetivos son fundamentales para superar una crianza tóxica.

A Tu Salud