El ejercicio físico es un pilar esencial para la salud, pero su rol se vuelve particularmente delicado cuando se aborda en el contexto de la anorexia. A menudo, el entrenamiento excesivo se asocia con este trastorno, convirtiéndose en una herramienta para el control del peso en lugar de un medio para el bienestar. Sin embargo, cuando se gestiona correctamente, el ejercicio puede ser un componente valioso en el camino hacia la recuperación.
Adoptar una relación más saludable con la actividad física implica cambiar la perspectiva del ejercicio. No se trata de quemar calorías o castigar el cuerpo, sino de fortalecerlo y reconectar con él de una manera positiva. Integrar el ejercicio de fuerza en la rutina, bajo supervisión profesional, puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud física y mental sin caer en viejos patrones dañinos.

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Beneficios del entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza, al centrarse en el desarrollo muscular y no en la pérdida de peso, ofrece un enfoque terapéutico distinto y beneficioso.
- Aumento de la masa muscular: Ayuda a reconstruir el tejido corporal magro que a menudo se pierde durante la anorexia.
- Densidad ósea mejorada: El ejercicio con pesas ejerce presión sobre los huesos, lo que estimula el crecimiento y fortalece el esqueleto, combatiendo la osteoporosis.
- Metabolismo saludable: Al aumentar la masa muscular, también incrementas tu tasa metabólica basal.
- Fortalecimiento del corazón: A diferencia del cardio excesivo, el entrenamiento de fuerza no ejerce una presión indebida sobre el corazón ya debilitado.
Rompiendo la relación tóxica
El camino hacia la recuperación requiere que se redefinan los límites y las motivaciones del ejercicio. Es crucial que el entrenamiento sea parte de un plan de tratamiento supervisado por médicos y terapeutas. Este enfoque asegura que la actividad física se realice de manera segura y controlada, evitando la recaída en comportamientos compulsivos.
Tu objetivo principal debe ser construir un cuerpo fuerte y funcional, no uno más delgado. El entrenamiento de fuerza te ayuda a sentirte más capaz y poderoso, devolviéndote la confianza en tus capacidades físicas. No te bases en la quema de calorías, sino en la sensación de progreso y bienestar que te brinda cada sesión.
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La importancia de un enfoque integral
La recuperación de la anorexia es un proceso holístico. El ejercicio es solo una parte de un plan de tratamiento que incluye la terapia nutricional y psicológica. Es fundamental que aprendas a escuchar a tu cuerpo, respetando sus señales de fatiga y hambre.
Los profesionales de la salud te guiarán para que encuentres un equilibrio y una rutina que te nutra, en lugar de agotarte. El entrenamiento de fuerza, cuando se realiza con moderación y un objetivo de salud, puede ser un aliado en tu viaje para sanar tu relación con tu cuerpo y la comida.

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