El tomate, además de ser sabroso y versátil, forma parte del grupo de alimentos que son, sin duda alguna, buenos para todo. Su único problema es el alto contenido cítrico, que puede afectar a las personas con problemas estomacales al consumirlo.
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Según la experta Inmaculada Navarro-González, la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BDECA) muestra que el valor nutricional promedio del tomate hace de él un alimento de bajo contenido energético (19 kcal/100 g); ya que su componente mayoritario es agua (93,9%). Además, el tomate aporta hidratos de carbono y unas cantidades apenas destacables de grasa y proteína; siendo a su vez, rico en fibra. También aporta minerales, como el potasio y selenio; así como las vitaminas C, B y A.
Tomate, lleno de beneficios
Entre las ventajas derivadas del tomate, está su aporte en sustancias antioxidantes.
“Contiene polifenoles, principalmente ácidos hidroxicinámicos (ácido clorogénico, ácido cafeico, ácido felúrico y ácido cumárico); flavonoides (rutina y quercetina) y flavononas (naringenina); a los que también se les atribuyen propiedades funcionales”.
También está demostrado que para optimizar los beneficios del licopeno, presente en el tomate, lo mejor es consumirlo después de cocinado.
La experta explica que esto es así porque la molécula está unida a la matriz; por lo que es menos susceptible a la digestión y su correcta absorción en el aparato digestivo.
«El tratamiento por calor rompe las redes celulares y libera al licopeno, aumentando así su disponibilidad para la digestión y la absorción. Además, el tratamiento térmico mejora su biodisponibilidad. Se recomienda que para lograr un mejor aprovechamiento del licopeno, el tomate se consuma procesado; (en conserva, zumo pasteurizado, salsas, frito, añadido a pastas…); esto, acompañado con una fuente lipídica, como el aceite de oliva. Asimismo, la biodisponibilidad del licopeno también mejora con la presencia de otros compuestos antioxidantes; como la vitamina C y E».
Por qué el tomate encabeza la lista de alimentos saludables
Navarro-González resume las evidencias más recientes respecto al papel del tomate en la prevención de determinadas enfermedades:
“Puede considerarse un alimento funcional, debido a las propiedades beneficiosas para la salud a las que se asocia. Aunque estas se han atribuido principalmente al licopeno, el tomate contiene, además, otros compuestos bioactivos, como las vitaminas C, E y A».
