En el vertiginoso ritmo de la vida moderna, a menudo nos preguntamos si realmente estamos allí, de forma oportuna, para las personas que amamos. Estar físicamente presente no siempre equivale a estar emocionalmente conectado. El psicólogo clínico Meuri Rivero nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestra presencia en las interacciones diarias con nuestros seres queridos y el impacto que esto tiene en la solidez de nuestras relaciones.

Invertir en relaciones sólidas y vitales requiere más que buenas intenciones; exige una acción consciente. ¿Cuál es, entonces, el paso práctico más importante que podemos dar para asegurar que estamos construyendo una base firme con quienes amamos? El terapeuta Meuri Rivero ofrece una respuesta clara y fundamental que simplifica la complejidad de las dinámicas humanas.

Imagen de Hữu Thanh Cái en Pixabay

Disposición a Estar: El Primer Paso Fundamental

El primer y más crucial paso para estar más presente en la vida de nuestros seres queridos es, sencillamente, tener la disposición a estar. El psicólogo Meuri Rivero enfatiza que esta disposición no requiere un esfuerzo titánico, sino una voluntad genuina de conectar. Implica hacer espacio mental y emocional para la otra persona, priorizando el momento compartido por encima de distracciones o agendas personales. Si no existe esta voluntad inicial, cualquier intento de conexión se sentirá forzado o superficial.

El Poder de la Escucha Genuina

Una vez que establecemos la disposición a estar, el siguiente paso práctico es la escucha. El Dr. Rivero aclara que escuchar significa mucho más que esperar nuestro turno para hablar. Implica concentrarse plenamente en lo que la otra persona dice, siente y comunica, sin interrumpir, juzgar o preparar una respuesta de forma prematura. Anular el discurso del otro con opiniones o consejos no solicitados sabotea la conexión; la verdadera escucha valida y respeta la experiencia del ser querido.

Reciprocidad: La Ley del Respeto y el Amor

La base de cualquier relación sana es la reciprocidad, y esta se fundamenta en el respeto y el amor, según el terapeuta. Si deseamos que nos escuchen, debemos comenzar por escuchar. Este principio de «querer para el otro lo que anhelamos para nosotros» asegura que el intercambio sea equilibrado y enriquecedor. El amor es impensable sin respeto, y el respeto se demuestra al darle al otro el espacio para ser y hablar sin ser anulado. Disponerse a escuchar es un acto de amor y respeto profundo.

Lea: Rompiendo las cadenas de la dependencia emocional en la amistad

Conclusión

Ser más conscientes y presentes en las interacciones con las personas que amamos comienza con un acto simple, pero poderoso: la disposición a estar y el compromiso de practicar la escucha genuina. Al integrar la reciprocidad, el respeto y el amor en nuestras interacciones diarias, aseguramos una inversión constante en la base de relaciones sólidas, vitales y duraderas. No esperes a una crisis; el momento de estar realmente presente es ahora.