Las frutas habituales del verano, aquellas con colores llamativos como rojo, morado y azul, son ricas en sustancias bioactivas; como antocianinas y carotenos, que les confieren propiedades antioxidantes y un abanico de efectos saludables.
En general, las frutas deben consumirse todo el año, pero los expertos destacan que el verano puede ser una etapa idónea para aficionarse en la dieta diaria; esto, sobre todo, por parte de aquellos más renuentes, dada la amplia variedad de frutas disponibles.
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Los efectos de las antocianinas para la salud incluyen:
- En primer lugar, su poder antioxidante.
- Ayudan a la prevención del daño cardiovascular.
- Su efecto antitumoral y anticancerígeno.
- Además, mejoran el perfil lipídico.
- Previenen las enfermedades degenerativas.
- Acción antiinflamatoria.
- Mejora de la agudeza visual y el deterioro cognitivo.
- Mejora de la microbiota intestinal.
Otro de los elementos característicos de la fruta en verano son los carotenos. Entre sus principales propiedades están:
- Efecto antioxidante: reducen el efecto negativo de los radicales libres del oxígeno o el estrés oxidativo; provocado por enfermedades que se inician a nivel celular.
- Favorecen la salud mental y cerebral.
- Contribuyen a la salud ocular.
- Reducen el riesgo cardiovascular.
- Mejoran la salud metabólica.
- Presentan propiedades anticancerígenas.
- Aportan beneficios para la piel.
- Proporcionan beneficios para el sistema inmunitario.
“Por eso es mayor el beneficio que aporta, por ejemplo, una fruta rica en vitamina C que tomar suplementos de vitamina C”, dije De Cangas.
Cerezas, moras y granadas: frutas adecuadas
Los albaricoques, las cerezas, los melocotones, las nectarinas, los arándanos, las frambuesas y las moras, son algunas de las frutas más ricas en antocianinas; según Ramón de Cangas, doctor en Biología Molecular
Los expertos recomiendan consumir frutas de temporada y de proximidad por la importante contribución que este comportamiento aporta a la sostenibilidad ambiental. Además, aprovechar la oferta disponible en cada momento permite “ir variando la dieta durante todo el año; con las ventajas que eso supone desde el punto de vista organoléptico”, explica De Cangas.
