La adicción a los venenos blancos es el talón de Aquiles de no pocas personas. Pues, los dulces, el azúcar, y rubros similares, tienen un efecto embrujador en mucho de nosotros, al que no podemos oponer resistencia de manera tajante. Al contrario, nos dejamos seducir hasta el punto de afectar nuestra propia salud.

Juan Carlos Méndez es doctor en Medicina Antienvejecimiento y sostiene que. «estos pseudo-alimentos aceleran el proceso de envejecimiento». Pero no niega que el dulce sea «la adicción más deliciosa que existe. Es mucho más adictiva que muchas sustancias psicotrópicas».

Adicción a los azúcares

Este tipo de adicciones operan en en diferentes fases en la persona, siendo la «primera fase, la fase cefálica» que son las señales que se envían al cerebro desde las papilas digestivas y el páncreas produce insulina para los supuestos carbohidratos a consumir.

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La segunda fase, indigestiva para que el cuerpo haga su trabajo anabólico. Aquí la adcción omenzaría cuando luego de haber consumido dulces, en un par de horas el cuerpo pide más azúcares, y así por tiempo prolongado, concluye le Dr. Méndez.

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¿Cómo combatir los venenos blancos?

El azúcar es un gran liberador de sustancias y secreciones que hacen sentir bien a las personas. Precisamente por esto la adicción se hace tan frecuente. «Libera hasta el 90% de la serotonina corporal. Por esto produce una sensación de premio inmediato», precisa Méndez.

Podemos ayudar al cuerpo a segregar sustancias similares a la serotonina pero sin depender del azúcar. El cacao es una buena opción para ello, porque tiene triptófano, agrega el Dr. Méndez; quien además lo usa en su Programa Dolce Evita, donde trata a personas que padecen de esta adicción al azúcar, a los dulces. Pero las herramientas usadas en su programa son varias según «los niveles de ansiedad» de las personas.

La terapia de control es dosificada e implica disciplina y voluntad, para cumplir el régimen nutricional nuevo. En este se busca que el consumo de carbohidratos en horas de la mañana sean medidos, según el tipo de paciente «y ya no más en la tarde y mucho menos ne la noche», porque se transformarían ya en triglicéridos que producen «grasa visceral» debido al hiperinsulinismo, que «al final termina en el síndrome metabólico».

Fuente: María Laura García, Radio